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El Hestia Menorca sufrió ante el Bàsquet Girona en el Pavelló de Fontajau su segunda derrota tras dos jornadas de competición en la conferencia Este de LEB Plata (86-65). El equipo insular, superado siempre por el conjunto catalán, evidenció estar un punto por debajo de su verdugo, muy práctico en ataque, solvente en defensa y capaz de imponer el ritmo que más le convino durante todo el partido, jugando incluso a placer en los instantes finales del encuentro.

Xavi Hernández, autor de 14 puntos, y Fitz White (12) destacaron como los mejores anotadores de un Hestia que de momento parece no cogerlo el pulso a la nueva categoría. Angelats (14), Cizmic y Berry (13 cada uno), brillaron por los locales. Con todo, la puesta en escena del equipo insular resultó de lo más correcta, y únicamente una breve ‘pájara’ en ataque le privó de cerrar el primer periodo con ventaja (17-15).

La trama del segundo cuarto en cambio resultó menos proclive para el cuadro de Bintaufa, que sufrió para anotar, como también en el rebote. Del 17-15 con el que finalizó el primer periodo se pasó a un 25-19 con rapidez, franja de seis puntos que el Girona preservó para incrementar justo al agotar el parcial, para el 36-28 con el que se alcanzó el intermedio. Los tiros libres, ya fueran de Xavi Hernández, Biel Torres o Jan Orfila, se convirtieron casi en la única vía de producción menorquina –junto con algún triple del base mahonés– en ese tramo. Mientras, el Girona, controló el ‘tempo’ del juego, con una anotación muy colectivizada.

El ritmo de anotación se incrementó en el tercer cuarto, pero para beneficio local. El Hestia contó con mayor presencia de Jan Orfila en la zona, mientras que los triples –tres de Fitz White, uno a tabla ciertamente afortunado, y uno de Poyatos desde medio campo justo con el bocinazo final–, le permitieron evitar una sangría que habría sido mucho mayor de no haber sido por su acierto desde los 6.75. Un +15 (50-35 a los 5’ resultó la máxima desventaja que registró en su contra el Hestia en ese parcial, mejorado hasta el 64-53 con el que se cerró el cuarto).

En la manga final, aunque lo intentó por todos los medios, no solo no sirvió al equipo menorquín para enjugar la diferencia, sino que esta, debido al juego ya a placer que impuso el Girona, aumentó de forma importante (74-57 a 3’27’’, tiempo muerto de Pagès; 86-85 final, con un quinteto del Giro