Momento este lunes en el que el mahonés era felicitado en audiencia por el Rey Felipe VI | EFE

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Era ya de los únicos logros que le faltaban en las vitrinas al base de Maó, Sergio Llull, y este domingo el talentoso base menorquín logró quitarse una espina, tras colgarse la medalla de oro con la selección española en el Mundial de Pekín. Suponía para Llull una asignatura pendiente que le restaba a uno de los mejores jugadores de Europa, que lo ha ganado todo con el Real Madrid en los torneos de clubes y ya puede decir ahora que ha sido oro mundial con la selección, el segundo en la historia de España.

Y una medalla de oro que vuela hacia Menorca cuando justo el mes pasado se cumplieron diez años del debut del mahonés con la selección. En agosto de 2009 Llull jugó su primer partido con la camiseta roja, un amistoso contra Cuba, en Las Palmas, preparatorio para el Eurobasket del que semanas después España regresó con la primera medalla de oro europea de su historia, en Polonia.

Y ahora, dos años después de perderse el último Eurobasket por culpa de una lesión, Llull ha regresado con más fuerza que nunca, siendo decisivo para los de Sergio Scariolo. De esta manera, el base del Real Madrid ha enterrado con este soberbio Mundial de Pekín sus «dos años de mierda en lo personal», como se expresó tras ganar la Liga ACB después de dos duros años por la grave lesión de rodilla.

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