El menorquín Sergio Llull será un año más uno de los principales rostros del Real Madrid y de la competición española | EFE

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La Liga Endesa 2020-21 arranca este sábado con doble protagonismo menorquín, escenificado por dos jugadores surgidos de la cantera de La Salle Maó; Sergio Llull Melià (1987) y Álex Suárez Castro (1993), y repleta de incertidumbres de todo perfil, de las clásicas, deportivamente hablando, y de muchas otras extraordinarias a causa de la pandemia de la covid-19.

Para empezar este año habrá liga impar con 19 equipos, aunque el Guipúzcoa GBC resida en una suerte de interinidad por el recurso judicial de la ACB a su inclusión, también vía tribunales.
Se comenzará a jugar sin aficionados en los pabellones, aunque todos los clubs confían en que de forma progresiva se pueda ir dando calor a los partidos, ocupando, al principio, parcialmente las gradas.

Tampoco hay que olvidar la posibilidad de que el virus torpedee la competición si se agravan sus consecuencias y hay que tomar medidas drásticas, como detener la competición o en el peor de los supuestos, abocarla a una situación similar a la del curso previo.

Asimismo, habrá dos descensos y un único ascenso desde la LEB Oro para que la campaña 2021-22 cuente de nuevo con 18 equipos, lo que ha costado medio millón de euros a la ACB y otro medio a la Federación, a repartir entre los clubes de la LEB Oro a modo de compensación.

En cuanto a lo deportivo se refiere, Real Madrid y Barcelona vuelven a ser los máximos favoritos, por plantilla y presupuestos, aunque rivales como el Baskonia, vigente campeón, y el siempre pujante Valencia Basket han fichado mucho y bien este verano.

El Barça ha seguido reforzándose, ahora con el lituano Sarunas Jasikevicius en el banquillo –uno de los héroes de la Euroliga 2003 como jugador, primera en la historia blaugrana– y con el greco-estadounidense Nik Calathes a los mandos del equipo, mientras que el Madrid vive una especie de compás de espera agobiante por la posible marcha a la NBA de Campazzo y Gabriel Deck. Los de Pablo Laso, que han ganado a los azulgranas el primer título de la temporada, la Supercopa, han apostado por dos jóvenes realidades españolas que han incorporado a su plantilla, Carlos Alocén, base, y Alberto Abalde, que puede cubrir todo el ‘backcourt’.

Complementos por si Campazzo y Deck desaparecen y que se curtirán al cobijo de ‘El increíble Llull’.

Detrás de Barça y Madrid, los de casi siempre; Baskonia, Valencia, Unicaja..., con retoques en sus plantillas con la intención de plantar cara a los dos favoritos. Se esperan pocas sorpresas entre el ramillete de candidatos. Por abajo, poco dinero y muchos cambios en los equipos para tratar de no pasar apuros y sobrevivir a una temporada que pasará factura en lo económico y en lo social. Dentro de ese bloque, el Obradoiro gallego, que ha recuperado para el básquet patrio al menorquín Álex Suárez.

Muchas incertidumbres para una competición que quiere centrarse en el juego, en los resultados y en la clasificación. En ir salvando la situación de la mejor manera posible, a la espera de que todo vaya volviendo a la normalidad.

La temporada pasada fue la Liga de Mirotic, que acabó ganando el Baskonia en la burbuja de la Fase Final de Valencia. Esperemos que la Liga de las incertidumbres la gane el baloncesto.