El Hestia Menorca, con la sensación de haber jugado a medio gas, irrumpió en la nueva temporada derrotando al Basket Navarra en Maó (87-68) | Josep Bagur Gomila

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El Hestia Menorca, con la sensación de haber jugado a medio gas, irrumpió en la nueva temporada derrotando al Basket Navarra en Maó (87-68), en lo que por extensión se distinguió el regreso del baloncesto de carácter oficial a la Isla y a Bintaufa desde que el pasado mes de marzo la eclosión de la covid-19 en forma de pandemia obligara primero a detener, y luego a definitivamente a clasusurar, el curso 2020 en LEB Plata.

Fue, tal y como ilustra el guarismo final, un estreno plácido para el equipo de Oriol Pagès, solventado con un par de embates para, primero, neutralizar la renta que cobró el Navarra en la primera manga (de 17-19 a 43-32 en el intermedio) y luego, en el tramo final, para mitigar la reacción del rival, que consiguió enjugar un diferencial en contra de 18 puntos hasta 7 restando menos de cinco minutos (y que luego creció hasta el +19 final).

Asimismo, fue la de este sábado una victoria coral y, a pesar de haber incorporado algunos nuevos cromos en su roster, con un guión similar al acostumbrado en el año previo. El Hestia Menorca, con una gama de recursos muy superior a las que acreditó el conjunto iruñés, desgastó a este desde todos los espacios del juego, siempre proyectando la impresión de que el margen para ir a más de este colectivo, de aquí en adelante, es considerable.

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