Varios jugadores del Pinta B Es Castell aplauden a la grada, en señal de gratitud al público, tras derrotar al Sese el pasado domingo en su pista. | Gemma Andreu

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Un arranque de aplauso. El Pinta B Es Castell, que disfrutó de un exuberante estreno como local en Liga EBA al derrotar al Sese catalán (81-76) a mediodía del domingo anterior, en virtud de tan importante registro –histórica y aritméticamente– hilvana su segunda victoria sobre dos partidos y se aposta en la cumbre de la clasificación del C2 de Liga EBA, con liderato compartido con el Salou, su próximo rival. Nunca antes un club menorquín estrenó estatus de exponente de categoría nacional con semejante grado de efectividad.

«El inicio ha sido inmejorable, y además era importante para nosotros, marcar el terreno y asentarnos en la liga desde el principio», reflexiona el presidente del club menorquín, Tomeu Vanrell, que alude también al tremendo grado «de ilusión» con el que vivió el estreno del equipo en la Isla.

«Llevábamos mucho tiempo esperando, más aún al atrasarse el inicio de temporada y postergarse nuestro primer partido en Es Castell, y nos habría gustado poder celebrar la victoria con toda esa gente que a causa de las restricciones anticovid no pudo estar en el pabellón», abunda Vanrell, que desvela también que desde el club se pulsó a todos los abonados, «para saber su disponibilidad; no queríamos que quedara ningún asiento libre», de los 110 permitidos por la normativa del Ejecutivo balear.

«Un gran día, un buen partido y además ganamos, el colofón perfecto, también era importante certificar toda esa ilusión con una victoria», resume el mandatario, que asimismo elogia la capacidad de adaptación de la que han hecho gala club y entorno para asumir un hito histórico a nivel deportivo en plena crisis sanitaria. «Si ya es complicado adaptarte a una nueva federación, a una nueva liga, de una exigencia muy superior a lo que habíamos conocido hasta ahora, añadir a eso la pandemia de la covid-19, la incertidumbre que ha generado... lo ha hecho todo más complicado. Pero hemos salido adelante, contamos con un buen grupo de trabajo y una buena junta directiva, todo el mundo ha trabajado con mucha ilusión para que todo salga bien», destaca igualmente Vanrell, un presidente ahora mismo radiante, pero también prudente. Un inicio triunfal no supone, en absoluto, sucumbir a delirios de grandeza.

«Hemos formado un equipo lo más competitivo posible, pero no nos marcamos un objetivo claro, sí competir en todos los partidos ¿ascenso? ahora es una utopía pensar en eso, nuestra idea es asegurar la permanencia cuanto antes y a partir de ahí, buscar la mejor clasificación posible ofreciendo un buen baloncesto», detalla el dirigente.

Entre los diversos efectos derivados de la pandemia, se cuentan un par que afectan de modo sangrante. Uno, la limitación de aforo; otro, el excesivo trecho temporal entre partidos –a lo que la reducción del número de equipos en la conferencia C ha contribuido de modo evidente.

«Esperemos que a partir del 10 de enero (de 2021) cambie el tema del público. Detectamos ganas de apoyar el proyecto y mucha gente, por el momento, no puede venir por las restricciones; también esperamos poder vender entradas en adelante», explica Vanrell, que por último, sobre el calendario, lo evalúa como «otra complicación».

«Nuestro próximo partido es el día 12, y luego, hasta el 10 de enero no volvemos a jugar... en tres meses habremos jugado tres partidos, pero es un problema de estructura de la liga, por la dificultad que tuvieron algunos clubs para ponerse en marcha, pero también debemos adaptarnos a eso», termina Tomeu Vanrell, un presidente feliz. No en vano, el arranque de curso firmado en Es Castell, de auténtico aplauso.