Secuencia del encuentro celebrado ayer por la tarde en el pabellón de Martorell, con el cuadro local atacando el entramado de Es Castell.

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Derrota clara para un Pinta B CB Es Castell que fue de más a menos en feudo de un CB Martorell más consistente que se llevó la victoria de forma bastante plácida, gracias a su mejor tercer cuarto. Derrota que es la segunda consecutiva para el conjunto que entrena Joan Martínez Escala y que aún no pudo contar con su último fichaje, el interior madrileño, Destiny.

De inicio los visitantes salieron más enchufados y tras el 4-4, la aportación de un Bulfoni en racha, con triple incluido, provocó las primeras diferencias en el luminoso, con 4-9 en el minuto dos y 6-13 uno más tarde. Sin embargo, Es Castell entró en una fase de muchas imprecisiones y pérdidas que el Martorell aprovechó para darle la vuelta al marcador, 19-15, superado el ecuador tras triples de Valle y Bria. Ante esta situación, Martínez Escala movió su banquillo generosamente y el equipo respondió realizando un gran final de periodo en el que se hizo dueño y señor de la pintura, con un Jan Orfila dominador. Al final 19-23. Pero el choque ahora estaba muy igualado y en el segundo cuarto, pese a los muchos problemas de anotación, el marcador volvería a bailar, con 28-29 superado el ecuador. Sin nadie que lograra imponer su baloncesto al rival el equipo anfitrión jugaría un final de cuarto mucho mejor, especialmente en defensa, y se marcharía al descanso por delante, 35-31.

Fatídica reanudación

A la vuelta de los vestuarios Orfila volvía a brillar, 37-35 en el minuto dos, pero el equipo no recortaba su elevado número de pérdidas y sin estar del todo acertado en el lanzamiento cedía una nueva máxima que comenzaba a ser preocupante, 46-37 en el ecuador. Sobre todo porque el Pinta B no reaccionó y eso le dejó contra las cuerdas para el último cuarto final, 55-42. Y así pues en el último y definitivo los baleares no recuperaron sensaciones y eso les llevó a abusar del triple sin éxito alguno, 62-48 en el cinco, dejando el camino expedito a un Martorell que se llevaría el triunfo de manera holgada sin agobios.