Sergio Llull alza la mano derecha mientras orienta su mirada al electrónico del mítico pabellón La Mano de Elías de Tel Aviv después de convertir un tripl

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Sergio Llull Melià (Maó, 1987) regresa a la Final Four. El extraordinario base menorquín del Real Madrid y de la selección disputará por octava vez en su carrera la fase final de la máxima competición continental con el conjunto blanco, después de la clasificación que consiguió sellar el colectivo que dirige Pablo Laso en la velada del pasado martes en un enclave legendario, el pabellón La Mano de Elías, y tras someter por la vía rápida a un adversario también proverbial, el Maccabi Tel Aviv (76-87, con un Llull protagónico y autor de 18 puntos para un inapelable 3-0 en la serie en favor del equipo español).

Precisamente, el israelí fue el primer equipo con el que Llull rivalizó en una F4 de la Euroliga, en la edición que acogió el Palau Sant Jordi barcelonés, en la primavera de 2011, cita de infausto recuerdo para el base isleño (derrota en semifinales contra los macabeos), pero que repercutió como la primera presencia de Llull a esas alturas.

Puesto que si bien el auténtico idilio de Llull con Europa comenzó en febrero de 2010, con aquella majestuosa demostración que hizo en partido de la fase regular de aquel año ante el Mens Sana Siena (17 puntos en los últimos 12 minutos para tumbar al campeón italiano y orientar el pase merengue a cuartos de final), no fue hasta el curso posterior cuando el de Maó compitió por vez primera de modo directo por el título.

En total, dos títulos (curiosamente el último de ellos conquistado en Belgrado, en 2018, a donde ahora Llull y el Madrid retornarán para el asalto del tercer cetro en el caso del menorquín, undécimo en el de su equipo), dos subcampeonatos y tres semifinales perdidas es el bagaje que presenta el jugador menorquín en la mayor cita del baloncesto continental y la más importante, tras la NBA, que existe en el mundo a nivel de clubs.

Y es que a diferencia de otras leyendas del baloncesto continental, como ocurrió en los paradigmas de Drazen Petrovic, Toni Kukoc, Dino Meneghin, Alekxander Djordjevic, Mike D’Antoni, Pierluigi Marzoratti o Dino Radja, capaces de dominar la competición en su primera incursión en la final, el ‘romance’ de Llull con Europa no fue a primera vista, al menos, no en cuanto a títulos.

El recorrido de Sergio Llull en la F4 empezó con la citada derrota en la semifinal de 2011 en Barcelona con el Maccabi por rival (y ejecutor, 82-63). La siguiente presencia del jugador surgido de la cantera de La Salle Maó en la F4, después de la ausencia en la edición de 2012, se produjo en 2013. Londres acogió entonces lo que significó avanzar un peldaño en relación al estreno en la Ciudad Condal, pero igualmente la decepción de ceder en la gran final, ante el Olympiacos griego (100-88), en lo que reiteraron Llull y el Madrid en 2014, en esa oportunidad con el Maccabi como campeón (98-86). Tanto en 2013 como en 2014, el Barça fue la víctima merengue en semifinales.

En su tercera final consecutiva fue la vencida para el mejor deportista menorquín de la historia. Madrid acogió la F4 de 2015, en la que Fenerbahce y Olympiacos, este en el partido por el título, cayeron a manos del conjunto capitalino. Primer título para Llull y el Madrid lograba quebrar un lapso de veinte años huérfano de gloria europea (desde Zaragoza 1995, también entonces el equipo heleno fue el adversario a superar para alzar el título).

Fenerbahce

En 2017, el Fenerbahce invirtió los papeles de un bienio atrás e hizo prevalecer el factor cancha para dejar a Llull y al Madrid fuera de la final que el cuadro turco ganaría en Estambul. Y revancha al año siguiente, con el Madrid ganando su décima corona, segunda del base menorquín, en Belgrado 2018 (85-80 para los blancos sobre el equipo otomano). Y para 2019 se remonta la última participación del Madrid en la Final Four, en la que sucumbió contra el CSKA Moscú en la semifinal (el cuadro ruso se erigió en campeón), en tanto que en 2020 la pandemia de la covid motivó la cancelación de la competición, y en 2021 el Efes Pilsen, luego ganador del título, frenó al Madrid en cuartos de final.

Pero Llull y los suyos, burlando asimismo el momento más delicado de la temporada, que recogió siete derrotas en diez partidos, y tras pulverizar al Maccabi en tres solo duelos, han vuelto para 2022 y en Belgrado (del 19 al 21 de mayo), un enclave que respira baloncesto como pocos en el mundo, y donde el base mahonés buscará su tercera Euroliga en la que será su octava Final Four.