Edwin Jackson es una de las grandes bazas del Menorca | Gemma Andreu

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El Hestia Menorca inicia en la tarde-noche de este domingo ante el Clínicas Ponferrada y en suelo berciano la segunda y penúltima eliminatoria de la fase de ascenso a LEB Oro. U otra lectura para idéntico compromiso; el equipo de Javi Zamora orbita a tan solo cuatro partidos de distancia de la segunda liga nacional.

El primero de ellos contextualiza el arranque de un cruce que se presume de lo más incierto. Tanto por la ausencia de precedentes recientes entre estos dos equipos (no se enfrentan desde marzo de 2020, y ningún jugador de uno u otro roster repite, en relación a entonces, en este playoff), como por la vigorosidad con la que el Ponferrada ha dejado atrás al Sant Antoni, al que superó en los dos partidos para dar cuerpo a una de las grandes sorpresas de la primera eliminatoria, lo que por añadidura obliga a tenerle la máxima consideración (lo cual, en el preámbulo de la postemporada, habría sido negado por más de un ‘candidato’).

Sobrevive

Pero de lo previsto a lo sucedido, un trecho ingente, y mientras equipos como Benicarló o el propio Sant Antoni (que no ha tardado en anunciar la marcha de su entrenador, Carlos Flores) deberán seguir lo que resta de postemporada ‘on line’, ahí sobrevive el proyecto berciano, que subyace en el tránsito insular para una confrontación que asimismo se produce en la segunda incursión de ambos equipos en la penúltima eliminatoria (por lo que nunca antes ninguno de estos dos equipos anduvo más cerca de hacerse de ‘Oro’).

No obstante, ni el acelerón en que reside el Ponferrada tras su sólido cierre de fase regular y su exuberante actuación ante el Sant Antoni, ni la supuesta ‘caldera’ en que se convertirá el pabellón Lydia Valentín, hogar berciano y donde en la velada de hoy está previsto que se reúnan (y abarroten el recinto) en torno a las dos mil personas, intimidan ni atenazan al Hestia Menorca, cuya plantilla y entorno han tomado también conciencia de la inmejorable oportunidad en que se encuentran, en alusión a lo cerca que se está del ascenso (y con la tranquilidad de que rivales de gran potencial, como Prat, Navarra o Zornotza, de seguro, no se cruzarán en su trayecto).

Igualmente, tampoco la asusencia del versátil pívot serbio Nikola Miskovic, con una fractura en un pie y que será baja para los próximos meses, alteran el pulso en Bintaufa. El club, al que en principio la FEB no habría atendido su petición de poder fichar fuera de plazo (como contemplaba el propio organismo para bajas de tiempo prolongado), si bien desde la Isla ayer no confirmaron este extremo, afrontará ‘con lo puesto’ estos dos (o cuatro en el mejor de los escenarios) partidos que restan para darle el carpetazo al curso 2023.

Realmente, el K.O que sufre el serbio resta alternativas y potencial a la rotación de Javi Zamora, pero el técnico y el colectivo menorquín han acreditado a lo largo de la temporada suficiente capacidad como para solventar cualquier contratiempo (y pasajes como la marcha de ‘Slava’ Kravtsov, la lesión de Jackson, además de los problemas de otros elementos en algunos momentos, así lo confirman).

En cuanto a la cita de hoy, en el Menorca tienen claro que se trata de una primera parte de un duelo a 80 minutos. Del Ponferrada, además de la térmica atmósfera que sabrá generar desde la grada, preocupan varios nombres; Jorge Martínez, con más de quince puntos por partido en los playoff; el 3-4 estadounidense Omar Lo (15.5 tantos y más de ocho rebotes en postemporada); y el escolta alicantino Alex Jordà, con cerca de 14 puntos y 3 rebotes, destaca como su trío de referencia. El ex canterano del Valencia Basket Juan Hierrezuelo, el escolta estadounidense Matthew Wilson o el pívot madrileño Guillermo Bastante son otros puntales de un equipo que además ha elevado a casi 87 puntos su promedio de anotación en estos playoffs.