El Hestia dio en Oviedo una buena imagen de su juego | B.M.

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Si bien el ‘coach’, Javier Zamora, advertía tras conquistar el Hestia Menorca el Pumarín asturiano que «esto no para y queremos ir a por más» –dijo el madrileño–, la realidad es que lo visto el sábado por la noche en Oviedo y ante un equipo que venía lanzado de la semana anterior, es el camino a seguir para ir apuntalando el gran reto en este primer año en LEB Oro, que no es otro que el de la permanencia y en una categoría cada año más potente. El triunfo de los menorquines en Oviedo era muy importante en el aspecto mental y de fortaleza psicológica, algo dañada quizás las últimas semanas viendo cómo el esfuerzo en el día a día y la intensidad del fin de semana no se veía luego reflejada en el electrónico. Fue la de este sábado una victoria de mérito, para comenzar a creer de verdad en el proyecto mientras se van recuperando efectivos en el ‘róster’ insular.

Aspecto de la cabeza y del estado anímico aparte de un equipo que si algo tiene es que siempre cree en su trabajo y en el del preparador exMovistar Estudiantes, el sábado, al fin, el Hestia volvió a unos números en ataque que sí te dan opciones de victoria, como así fue en el Pumarín. Después de dos últimas derrotas en las que los de Zamora se habían quedado con 57 puntos– en casa ante el HLA Alicante y a domicilio en la pista del Real Betis–, el sábado los menorquines al fin vieron la canasta más grande. Además de no llegar ni a los 60 puntos en los dos partidos previos, venían de un 5/26 y 3/14 en el triple y con el juego interior apenas inédito en ataque, sin amenaza por dentro y sin que ninguno de los de la pintura llegara a los dobles dígitos. Pero en Oviedo todo cambió y la intimidación por dentro y los amagos desde el 6’75 por fuera– encarnándose principalmente en las figuras de Víctor Arteaga-Omar Lo y Jacob Grandison-Eric Demers, respectivamente–, desquiciaron a los ovetenses.

El juego de conjunto insular y el tan anhelado equilibrio entre su aportación interior y exterior dieron, al fin, la primera alegría lejos del Pavelló Menorca, rompiendo la sangría de derrotas. Tras el grueso de jornadas– a excepción quizás de Estudiantes y Betis– mostrándose muy intensos y con pocas fisuras en defensa, necesitaban protagonismo en ataque, enchufándolas desde el perímetro y abriendo las defensas y dañando dentro para maniatar al rival. Doce triples y un Arteaga MVP hicieron justicia al buen trabajo atrás y esta vez sí se pudo ver a un Hestia merodeando los bonus de faltas rivales, no dejando correr al contrario y sí, sintiéndose poderosos e intimidando en ataque.

Pendientes de Joshua Tomaic

Tal y como avanzó este diario, está al caer que Joshua Tomaic se desvincule de Bintalfa, tras dar entrada al interior serbio Stevic.