Oliver Stevic posa para este diario, en la pista del Pavelló Menorca, con tres balones | Gemma Andreu

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Su incorporación al Hestia Menorca, ocurrida en los albores del pasado mes de diciembre de 2023, ha permitido al colectivo de Javi Zamora trazar un salto competitivo y cualitativo, además de poder encadenar su mejor racha de resultados en su temporada de estreno en LEB Oro, y con ello, asomarse por encima de la zona de descenso. Hablamos de Oliver Stevic, un pívot serbio cuya inmensa carrera se prolonga ya para más de dos décadas, un ejemplar que rebosa talento, experiencia y un pleno conocimiento del juego, bagaje que desde hace varias semanas ha puesto al servicio del baloncesto menorquín.

Lleva alrededor de mes y medio en la Isla. Su impacto en el equipo, y así lo indican sus resultados y su juego, está siendo muy positivo. ¿Cómo se encuentra en la Isla y en el Hestia Menorca?

—Bien. Tras tanto tiempo sin jugar partidos oficiales, he necesitado algo de tiempo para entrar en la dinámica del equipo, para conocer mejor la filosofía del entrenador y la calidad individual de cada jugador para poder ayudar en varios aspectos, pero cada día va mejor.

Después de ganar la Eurocup el año pasado con el Gran Canaria, empieza la temporada sin equipo. ¿Cómo se produce el contacto con el Hestia Menorca y qué planteamiento le presenta Javi Zamora para lograr su fichaje?

—El año pasado tuve una lesión, y no me sentí bien físicamente en todo el año, no podía dar todo. Al finalizar la temporada, opté por recuperarme físicamente, y a partir de ahí, ya tomaría una decisión. Estuve en Serbia entrenando, y cuando me sentí bien, sin molestias, surgió la posibilidad de venir a Menorca. Para mí era importante venir a un club sano como este, con una filosofía de trabajo muy clara, donde la gente sabe lo que quiere. Y por otro lado, Javi Zamora lleva muchos años en la Federación Española, y me estoy preparando para ser entrenador en el futuro. Quería conocer la filosofía de trabajo de los entrenadores de la selección española... en fin, ha sido la combinación de todo lo que ha motivado una situación positiva para mí y decidirme a venir, a ayudar al equipo y al club en sus objetivos.

¿Que le parece el club, el equipo, cree que la permanencia es factible, es un objetivo realista?

—Sí, creo que la permanencia es un objetivo realista para nosotros. Tenemos un equipo muy joven, sin mucha experiencia, con varios jugadores que nunca han jugado a este nivel. Pero siempre, cualquier club, no solo el Hestia Menorca, cuando hay un ascenso de categoría y un nuevo proyecto, necesita de un tiempo para entender la nueva competición, aclimatarse a ella... pero los chicos trabajaron y trabajan bien, su actitud es positiva, el grupo es positivo. En realidad, lo único que faltaba era algo de experiencia, o, mejor dicho, que alguien mostrara o explicara algunos detalles desde otro ángulo. El entrenador, Javi Zamora, tiene mucho impacto en el equipo, pero a veces, en la pista, durante el juego, cuando no hay tiempo muerto, no puede explicar o hacer alguna apreciación, por eso es importante tener un jugador en la pista que puede situar y explicar como leer una situación. Bueno, como has dicho, desde mi llegada, hace un mes y medio, el equipo compite mejor.

¿Es esa la clave, la experiencia, en el sentido de que una vez ha aterrizado en la liga, ya se tiene claro el trayecto hacia la permanencia, o tal vez sea necesario, fundamentalmente, ser regulares y sólidos en casa?

—Sí, claro, pero creo que los dos últimos partidos que perdimos en casa, contra Tizona Burgos y Lleida, fue ante equipos ‘Top 6’ de la liga, pero competimos hasta el último tiro. El equipo está creciendo, y para mí eso es lo más importante. El equipo crece, mejora, sube su nivel, y los resultados van a llegar. Y están llegando. Y los jugadores, nosotros como equipo, nos sentimos cómodos, creemos que el objetivo se puede conseguir y seguimos creciendo como grupo en diversos aspectos del juego. Y al final, eso se refleja en la pista. En los últimos cuatro o cinco partidos el equipo ha jugado muy bien. Luego puedes ganar o perder, pero estamos compitiendo. Y en cada momento en la pista sabemos lo que hacer, creo que eso es debido a que el equipo cada vez tiene mayor madurez.

De lo que comenta, deduzco que su conexión con Javi Zamora es plena, pues está siendo la prolongación del entrenador en la cancha, sin ocupar el puesto de base. Aunque en realidad, usted sí es un base, su lectura y como interpreta el juego, así lo confirman.

—Sí, pero es un rol que he desempeñado en varios equipos en los últimos años. En Fuenlabrada, Gran Canaria... lo que estoy haciendo en la pista o fuera de la pista, no es diferente a lo que he hecho en años anteriores. Sé muy bien cuál es mi trabajo. Para mí es importante entender la filosofía del entrenador, lo que necesita de mí. Hay una buena relación entre Javi Zamora y yo, y eso hace más fácil mi trabajo en la pista y en el vestuario.

Y en la pista, usted domina muchos registros. Puntos, defensa, rebotes, asistencias, genera espacios y vías de anotación, ¿algún papel o función que prefiera o se sienta más cómodo?

—Lo más importante, siempre, no solo ahora en Menorca, es que el equipo juegue bien. Que tenga disciplina y orden en la pista. Puedo influir solo con mi presencia, o puedo hacerlo metiendo puntos, cogiendo rebotes, dando asistencias... para mí eso no es tan importante. El club ahora sí que necesita que sume más puntos, rebotes... hago lo que el equipo necesita. Digamos que si llegamos a un punto de la temporada en que mis compañeros mejoran y crecen en su juego, y no necesitan tanto de mi presencia en la pista, estaré satisfecho, pues el objetivo de todos es lograr la permanencia y haré lo que el equipo necesite para lograrlo. Vamos a ver cómo va las próximas semanas.

De sus compañeros del Hestia Menorca, ¿con cuál se está entendiendo mejor en la pista?

—Conozco a Clevin (Hannah) desde hace años, y la verdad es que es mucho más fácil jugar con él. Tiene experiencia, entiende el juego, pero cada día estoy más compenetrado con otros jugadores. Intento trabajar y competir bien con todos en los entrenamientos, pues como te he dicho, es importante para todos crecer como grupo.

Desde que empezó en Serbia hasta su etapa más reciente en Gran Canaria, donde le entrenó Jaka Lakovic, ha tenido a multitud de entrenadores, ¿alguno que le haya marcado o ayudado especialmente?

—He tenido muchos entrenadores. La verdad es que hasta que vine a España, siempre tuve entrenadores balcánicos. Creo que me quedaría con (Svetislav) Pesic, que ha estado en el Barça, en la selección serbia... Es un entrenador especial, se encarga de todo, no solo de aspectos técnicos o tácticos, sino que también te enseña cómo debe vivir un deportista profesional. Para él todo es importante, no solo el trabajo táctico o de pista.

Polonia, Turquía, el Estrella Roja en Serbia, el ‘pallacanestro’ italiano, Alemania, numerosos equipos en la Liga ACB... ¿qué baloncesto es el que más ha disfrutado o más le ha gustado?

—Sin duda, el baloncesto español. Es mi noveno año en España, me gusta el baloncesto español. Su intensidad, el ritmo de juego, como se juega... me gusta muchísimo.

Ha ganado títulos en varios países. ¿Su mayor satisfacción?

-Creo que el año pasado. Ganando Eurocup con Gran Canaria...

Además, como capitán del equipo...

—Sí, además como capitán del equipo. Fue el primer título europeo de Gran Canaria, después de muchos años jugando la Eurocup, al final, conseguir ganar el título, fue algo inolvidable.

¿Le gustan otros deportes, al margen del baloncesto?

—Si, soy fan del deporte en general. Me gusta el fútbol, como a todos. Gracias a Djokovic, también el tenis, soy fan de MotoGP...

¿De qué equipo de fútbol es usted?

—Del Estrella Roja.

¿Y de entre los muchísimos grandes jugadores de baloncesto que ha dado su país, alguno que haya sido su ídolo o referente?

-Sí, cuando era niño, Toni Kukoc tuvo mucha influencia en mi decisión de jugar y entrenar. Era un jugador... recuerdo que le vi en una entrevista y decidí intentar realmente dedicarme al básquet.

Kukoc fue un jugador que nos cautivó a muchos, y también uno de los mejores representantes de ese gran país que deportivamente fue Yugoslavia. Un país que se rompe entre 1990 y 1991. Usted era muy niño cuando aquello sucedió, ¿tiene algún recuerdo? ¿Cómo lo vivió?

—Yo tenía 7-8 años... la guerra tuvo mucha influencia sobre mi familia... fue algo muy duro, muy triste. Lo cierto es que la gente no puede entender porque ocurren cosas así. Ojalá nunca más se repita, no solo en mi país, sino en ningún lugar del mundo, aunque creo que eso es muy, muy difícil, por varios motivos.

¿Y ha pensado en alguna ocasión qué habría sucedido si Yugoslavia no se hubiera dividido, si estarían mejor, o acaso tal vez ahora, con cada república funcionando por separado, es preferible? Y sé que usted era un niño cuando sucedió todo aquello, ¿pero si alguna vez ha reflexionado sobre ello?

—Bueno, la verdad es que yo lo que sé o conozco, es por historias que me han contado mis padres, sobre que Yugoslavia, en su momento, fue un gran país para vivir, un país fuerte, muy bueno para vivir. No sé como sería ahora, pero lo que sí sé es que, en deportes, Yugoslavia sería muy fuerte en todo. No sé cómo sería, pero mira, si al final, si era obligatorio que los países se separaran, creo que pudo hacerse en paz, sin necesidad de recurrir a la guerra.

Se le ve en buena forma, pero acaba de cumplir 40 años. ¿Hasta cuándo se ve jugando?

—La verdad es que el año pasado, como te comenté antes, tenía esas molestias... pero no quería retirarme de ese modo, quería volver a la cancha y sentirme bien. Vamos a ver en verano como va todo, ahora mismo solo pienso en disfrutar y no tengo otros pensamientos. Si llega este verano o el otro... eso no es un problema ahora mismo.

¿Y en algún momento ha pensado en Menorca más allá de esta temporada?

—No, ahora mismo no. Ahora estoy aquí para ayudar al equipo a conseguir la permanencia, ya veremos que sucede en el futuro.

Ha comentado antes que una vez se retire, se convertirá en entrenador, ¿tiene algún modelo, algún referente? Su país ha dado muchos y grandes entrenadores.

-Soy serbio y vengo, digamos, de la escuela balcánica, pero llevo tantos años en España que... Empecé el proceso para ser entrenador aquí en España, porque quería conocer, digamos desde dentro, ese baloncesto español que ha tenido tanto éxito en los últimos diez-quince años. El baloncesto español, de hecho, ha desbancado al serbio en los últimos años.

Sí, pero de no haberse dividido Yugoslavia, difícilmente España habría acumulado tantas victorias durante estos años.

—Sí, sin duda. Pero mi idea era conocer mejor el baloncesto español desde dentro. De hecho, una de las razones para venir a Menorca, ha sido para trabajar y aprender de los conocimientos de Javi Zamora, pues lleva muchos años dentro de la Federación Española. Digamos que ese es el camino que estoy emprendiendo ahora.

Se dice que el modelo que ahora emplea la Federación Española, el ‘método FEB’, viene a imitar el que desarrolló Yugoslavia hace 50-60 años.

—Sí, sin duda. Yugoslavia, hace treinta años, era una potencia, pero no solo España, también otros países la imitaron. Pero cada país tiene algo suyo, eso ya modifica el modelo, le da un toque propio. Y quiero conocer todo eso del baloncesto español, desde dentro.

Nos ha comentado previamente que España es el país donde más ha disfrutado jugando. ¿Y para vivir, qué país elegiría de los muchos en los que ha estado?

—Cada país, cada cultura, tiene algo distinto. He tenido la suerte de conocer muchos países, mucha gente, aprender varios idiomas. Pero si tuviera que elegir, me quedaría con España.

¿Y cuantos idiomas habla?

—Digamos que hablar bien... español, polaco, serbio, inglés, esloveno... y puedo tener una conversación en italiano, conozco algunas palabras turcas. Cuando voy a un sitio, intento aprender cosas del lugar. El idioma, la cultura... creo que es una forma de mostrar respeto a la gente del sitio al que te acoge, y algo que en definitiva te facilita mucho la vida.

Se ha enfrentado a muchos jugadores, muchos pívots. ¿Alguno que haya sido especialmente duro?

—Diría varios. En España, en Turquía... Aquí en la ACB, fue complicado jugar contra Dubljevic, contra Reyes, contra Tavares... ha habido varios.

Al margen del baloncesto, ¿cómo disfruta de la vida Oliver Stevic?

—Me gusta llevar una vida tranquila, y las prioridades cambian en función de la edad, y con ello, también el modo que tienes de disfrutar del tiempo libre, pero como te dije antes, me gusta conocer la cultura y el sitio en el que vivo, intentar vivir como una persona de aquí. Ahora estoy en Menorca, intentando entender la vida aquí, que es muy tranquila.

Y aunque lleva poco tiempo aquí, ¿algo qué le haya llamado la atención o le agrade especialmente de Menorca?

—Llevo poco tiempo aquí, y no he tenido aún mucho tiempo, pero he visitado un par de playas y calas, he recorrido algunas sendas y caminos del litoral menorquín. En eso estoy, en ir conociendo sitios y la naturaleza de la Isla. Pero la verdad es que de momento, todo perfecto.

El apunte

Un fan de Kukoc que disfruta de la Isla y toma el relevo de los Stojic, Bazdaric...

Mario Stojic, Ratko Varda, Marko Marinovic, Marino Bazdaric, Ivan Radenovic... fueron algunos de los talentosos jugadores nacidos en la exYugoslavia que merced al antiguo Menorca Bàsquet jugaron para la Isla en sus tiempos de ACB. Oliver Stevic (Nova Gorica, 1984), por talento, calidad y recorrido, está a su nivel, y su rendimiento con el Hestia Menorca después de seis semanas en la Isla, así lo corrobora.

Stevic, un tipo que emana profesionalidad y que a lo largo de su densa carrera, desde que debutó en 2003 con el Borac Cacak, tras formarse en las filas del FMP Zeleznik, hasta el presente, ha vivido y jugado en multitud de lugares, dice estar «bien en Menorca». «Ya estoy acostumbrado a vivir en una isla, estuve tres años en Gran Canaria. El clima es diferente, pero se está bien, es un lugar tranquilo y me gusta», apostilla en relación a la Isla este pívot serbio admirador del grandioso Toni Kukoc. Y de hecho, hay algo de su juego, como su inteligencia y su lectura de cada situación en la pista, que en parte recuerdan al legendario exalero croata de la Jugoplastika y de los Chicago Bulls... Oliver Stevic, otro ejemplar de la vieja Yugoslavia, al servicio del básquet menorquín.