Garino, con el balón, en acción ante el Betis.  | B. FUENLABRADA

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La carrera por acceder a las eliminatorias por el ascenso a la Liga ACB con certeza arranca mañana sábado para el Hestia Menorca. Una vez confirmada la permanencia en LEB Oro, que cristalizó de forma matemática tras la agónica victoria obrada el pasado fin de semana en pista del Amics de Castelló (83-84), el equipo insular jugará el último tramo de calendario con la opción de hacer suya la novena y última plaza que concede derecho a jugar la postemporada.

El Baloncesto Fuenlabrada, un equipo de considerable pasado ACB (de hecho, se desprendió de tal vitola hace menos de un año, a raíz de su descenso a LEB Oro de 2023), y un rival directo, puesto que alberga idénticas pretensiones que el equipo de Javi Zamora, mañana sábado en la Isla, será el primer adversario en esta criba que comprende las últimas cuatro jornadas de competición.

Igualados en la clasificación (13-17 ambos), con el averaje particular en favor del equipo insular (ganó la ida, 75-81), la reacción del equipo alojado al sur de Madrid, en parangón a su pobre arranque liguero, ha sido digna de elogio a medida que las jornadas han ido transcurriendo, hasta el punto de situarse entre el ramillete de aspirantes a hacerse con el último pasaje hacia el playoff. De hecho, el Fuenlabrada aterrizará en la Isla luego de lograr cuatro victorias consecutivas, cinco sobre sus últimos seis partidos, trecho que ha incluido subyugar a rivales como HLA Alicante, Leyma Coruña u Ourense. Por tanto, sobre el papel, el cuadro fuenlabreño que jugará mañana en el Pavelló contra el Menorca, resultará la mejor y más eficaz versión de equipo que ha presentado a lo largo de toda la temporada.

«El equipo está mucho más aceitado, es algo que yo veía en los entrenamientos desde que llegué. El cambio que hizo el equipo en la mentalidad, en el juego, en la defensa...», explica, en manifestaciones que recoge la web del Fuenlabrada, sobre el momento en que se halla su equipo el alero argentino naturalizado italiano, Patricio ‘Pato’ Garino (7.4 puntos, más de tres rebotes y cerca de seis de nota por partido, sus cifras en más de 25 minutos de promedio, si bien se trata de un jugador de muchos intangibles).

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El cuadro madrileño que competirá en la Isla ha mejorado en un aspecto clave respecto al primer segmento de curso. «Tal vez al principio no pudimos cerrar algunos partidos que se nos escaparon a lo último, pero la llegada de Jordan (Swing) nos dio una confianza tremenda en su juego y en su disciplina para cerrar esos juegos calientes», anota en ese orden Garino, exjugador, entre otros conjuntos, de los Magic de Orlando y del JSF Nanterre francés, cuya salida del equipo en 2022 curiosamente la cubrió, un tiempo después, Edwin Jackson, el héroe del ascenso del Menorca de hace un año. «Cada uno está aportando en su rol de una manera que no habíamos hecho antes, el que entra produce, todo en beneficio del equipo», sigue el jugador del Fuenla en alusión a los aspectos que han permitido al equipo su crecimiento, en juego y resultados, a lo largo de las últimas semanas.

En relación al partido de mañana en Maó, entre dos equipos que actualmente batallan por un mismo fin, Garino espera «algo parecido a lo que ya vivimos en Fuenla cuando vinieron a visitarnos». «Un partido muy trabajado, ante un equipo, el Menorca, con muchos veteranos y mucha experiencia en este tipo de encuentros», sigue el alero, que considera que «al jugar de visitantes será más complicado todavía; tendremos que trabajar desde el primer minuto hasta el último, no nos podremos relajar».

Patrón

Garino, por último, refiere a lo que puede ser el patrón de partido que más convenga a su equipo, el Fuenlabrada, para poder convertirse en el primer foráneo que gana en Maó después de más de dos meses    (Estudiantes, a inicios de febrero, el último equipo que vulneró el Pavelló); promover un enfrentamiento de ritmo elevado, veloz, de mucha transición.

«En estos últimos partidos esa fue una de las grandes claves, tratar de correr, sacar a los equipos de su eje. Muchos de los rivales preferían jugar más en mitad de cancha con un juego estacionado y a un ritmo más lento. Nosotros tratamos de romper ese esquema, nos sentimos muy cómodos, tenemos jugadores muy capaces de jugar a un alto ‘tempo’ y eso nos beneficia», termina Pato Garino, uno de las amenazas del Fuenlabrada, inmediato rival del Menorca en una cita clave para seguir avivando el sueño del playoff.