La primera etapa de la Volta Cicloturista ha recorrido desde Maó a Cavalleria, pasando por S'Enclusa y de vuelta a Maó

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El paso de la borrasca Aline se convirtió en la invitada inesperada de los casi 300 cicloturistas, que se enfundaron este sábado su maillot en la primera etapa de la XXII Volta Cicloturista Internacional a Menorca. Una jornada en la que el pelotón consiguió esquivar la amenaza de lluvia prácticamente hasta el final, en una especie de juego al gato y al ratón, donde los momentos de sol, dejaron un recorrido para enmarcar.

A los nervios habituales antes de la salida del sábado, se sumaba este año la incertidumbre de la organización en poder contar con las dos ambulancias que viajaban expresamente de madrugada desde Mallorca. El día anterior, el fuerte temporal marítimo ya había puesto en jaque la llegada del grueso de la expedición de cicloturistas mallorquines e ibicencos, pero finalmente la emoción por el reencuentro, se impuso en la nueva edición de la prueba menorquina, la última cita romántica que queda en el calendario de vueltas cicloturistas que se organizan en nuestro país, como la califican muchos de sus participantes.

En primera fila, bajo el arco de salida, estaban los protagonistas del ciclismo junior que este año la Asociación Cicloturista de Menorca había invitado. Jóvenes talentosos sobre las dos ruedas con ganas de comerse el mundo como Lucas Abad, Rafa Martínez, Magdalena Deyá, Marcos Freire y Markel Beloki, apellidos ilustres que compartían el momento del corte de cinta junto a sus laureados padres Óscar Freire y Joseba Beloki, así como el alcalde de Maó, Héctor Pons y el concejal de deportes Lázaro Alcaide.    El director de la prueba y alma mater de este evento, Arturo Sintes junto a Lina Puig, no podían estar más emocionados de haberlo vuelto a conseguir un año más y ya van 22.

Faro de Cavalleria

La etapa de este sábado tenía reservado un primer tramo de postal con la llegada de la expedición hasta el Cap de Cavalleria que viene precedida por el bello y sinuoso Camí de Tramuntana como aperitivo. Una ruta que lució especialmente al paso del pelotón entre el sol y las nubes amenazantes, con el mar todavía embravecido por las consecuencias de la borrasca.

      El regreso hacia Es Mercadal sirvió de paréntesis para la llegada a Ferreries y la subida a S’Enclusa, donde el pedaleo de esta prueba cicloturista no competitiva, mutó en uno de los momentos de adrenalina ciclista, con la escapada en solitario de los corredores más jóvenes, que hicieron una demostración de su preparación para llegar antes a la cima y en la que también se vieron acompañados por algunos veteranos que no querían perder galones. La meta estuvo ajustadísima en segundos con empates en el crono de Toni Ballester, Markel Beloki, Xavi Mascaró, Marcos Freire y Rafael Martínez y tendrá que ser la subida al El Toro prevista para este domingo, la que despeje las dudas de quien se lleva finalmente el honor.

Tras el necesario avituallamiento, el pelotón inició su regreso de nuevo a Maó, pasando previamente por Es Migjorn Gran y Alaior, donde la lluvia empezó a hacer acto de presencia de manera persistente a su paso por el Camí de Cutaines y Talatí, convirtiendo el tramo final de la etapa en el más incómodo. La dirección de carrera intentó aliviar con una reformulación del rutómetro previsto para llegar antes a la Plaza Constitución de Maó donde el sol volvía a lucir de nuevo.