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El pasado domingo en Santa Coloma el Sporting se quitó un peso de encima al vencer, por fin, a domicilio. Esta tarde, en Bintaufa, ante el Atlètic Balears, tiene la oportunidad de matar dos pájaros de un tiro... o incluso tres. Lo más tangible sería separarse un poco más de la parte baja y de poder albirar la parte alta. En una liga tan comprimida como esta, dos victorias o dos derrotas significan dos mundos diferentes.

Luego hay un intangible. El que se mide de inyectar una alta dosis de confianza para un colectivo que, no se olvide, entre bajas (Moso, Vates, Martí, Mourad y el sancionado Marcos), economía (aunque los planes de pago siguen su curso) y el tema Biel, está controlando sus emociones.

Delante, un Atlètic Balears acostumbrado a sufrir, con mucha seguridad en defensa, con un montón de fichajes que lo han mejorado (como Williams y el portero Nico, no recién fichado pero en un gran momento de forma) y que parece un perpetuo banco de pruebas con futbolistas de procedencias diversas.

En Bintaufa esperan un partido duro, seco, físico. El Balears transita por la cornisa del descenso (15º, 27 puntos). El Sporting va justo de efectivos pero no rehúye su responsabilidad. Y más ahora que puede dar un salto.