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El CE Ferreries, tuvo noventa minutos en jaque al líder Binissalem. Robert adelantó a los suyos en el minuto 5, pero en el 93 los hombres de Tomeu Pons lograron la igualada mediante un córner. El tanto fue muy protestado por las manos de Salas, y además significó la expulsión de Jesús por protestar, con los tres cambios realizados. No mereció tanto castigo el Ferre, que en el cómputo del partido fue superior al cuadro mallorquín. Lo peor fue el colegiado Peña Molina.

Empezó el encuentro con un tímido dominio visitante. Pero el Ferre está en estado de gracia: en su primera aproximación a portería anotó el primero de la tarde. Era el minuto 5 y Robert fusiló a Montse. Luego Enrich remató de cabeza un saque de esquina, y el meta mallorquín despejó de nuevo a córner con apuros. El Ferre tenía asustado al Binissalem.
El partido era intenso y disputado, y la única nota negativa la ponía Peña Molina, que obsequiaba al respetable con un innecesario concierto de silbato. Pero seguía el cuadro local resistiendo el empuje visitante, sin renunciar para nada al ataque, finalizando el primer acto con el 1-0.

Se reanudó el encuentro con ambas escuadras sin especular, y en los primeros instantes avisaron de sus intenciones. Los primeros en poner en jaque al adversario fueron los locales. Enrich cabeceó fuera por poco una falta servida por Juli. El líder también tuvo la suya en las botas del exsportinguista Reynés. Su disparo salió fuera por poco. El técnico mallorquín ponía más dinamita en la punta de ataque. Salía Marc por Dani, avisando de sus intenciones. Dani Mori reaccionó dando entrada a Adán por Juli.

Los de Sant Bartomeu se defendían, pero cuando llegaban ponían peligro. Estaba por ver quién se llevaba el gato al agua: o empataban los visitantes o el Ferre era capaz de dar el golpe definitivo al primero de la clase. ¿El árbitro? A lo suyo, un concierto.

En el 73 los de Mori rozaron el segundo, pero un defensor se interpuso entre Alzina y el esférico. De nuevo avisó el Ferreries, esta vez mediante Paulo, y su disparo lo rechazó el guardameta con muchos apuros. El guión se invertía, y eran los de casa, los que acorralaban a su contrincante.

Se llegaba al tramo final con las espadas en todo lo alto, con el líder apretando, mientras los azulgranas defendían como un tesoro el tanto conseguido. En el tiempo extra, los locales montaron una contra, y cuando Robert se disponía a internarse en el área, era derribado por Jota, que le significó la segunda amarilla. En el 93, apareció la suerte del líder, Salas con la mano remataba al fondo de la red. El colegiado dio por bueno el gol, y Jesús era expulsado por protestar, con los tres cambios realizados. Acabó de guardameta el goleador Robert, y al Ferre le faltó suerte.