ESTEVA. Ayer, en la puerta, tras la reunión con los jugadores - Gemma Andreu

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La primavera todavía no ha llegado a Bintaufa. Joan Esteva está viviendo los peores días desde su llegada a Bintaufa. Los seis partidos consecutivos sin ganar, incluido el doloroso 0-3 ante el colista el pasado fin de semana, están pesando como una lápida en las espaldas del técnico catalán, a pesar de que ayer vio cómo el presidente, Paco Segarra, le daba su apoyo ante el resto del cuerpo técnico y, sobre todo, la plantilla. Esteva reconoce que "desde el primer día el club tiene a su disposición mi cargo, seguiré trabajando mientras confíen en mí", y es la sensación que le transmitieron en la reunión.

El entrenador catalán admitió estar viviendo "unos días muy complicados porque no están saliendo las cosas como pensábamos, pero a la vez confiado en que vamos a sacar la situación adelante". La reunión con el presidente ayer sirvió, para Esteva, "para buscar soluciones al mal momento que atravesamos y para estar más unidos que nunca".

"El vestuario está unido"

Una de las sospechas de la afición ronda sobre la teórica unidad del vestuario. "Está mentalizado de la situación que atraviesa y unido para lograr la salvación", desvela el de Barcelona, que añade que "necesitamos trabajar todos en la misma dirección e ir adaptándonos a los inconvenientes que nos vayamos encontrando".

Los últimos partidos del Sporting Mahonés vienen condicionados por las bajas, por sanción y por lesión, de algunos pilares del equipo. A ello se le puede sumar la mala situación económica que atraviesa el club. "Es algo con lo que debemos convivir" y, además, "recuperar la confianza ya que está muy tocada por los malos resultados".

El club ha dado tres días de descansos a los jugadores, que no volverán a entrenar hasta el jueves. "Servirán para que los jugadores desconecten, para que todos cambiemos la actitud, renovemos fuerzas y para buscar la solución". ¿Cabe un cambio táctico? "Puede ser una de ellas; está claro que recibimos muchos goles y hay que frenarlo ya que debemos sentirnos como un bloque y afrontar cada partido como una final".

Pero, ¿qué opina el técnico de la gente que ha perdido la confianza en él y que así se lo hizo saber el pasado sábado? "No quiero decirles nada respecto a mi, pero sí pedirles que apoyen al equipo porque les necesita más que nunca, que se intenten olvidar de lo demás". El domingo, contra el Lleida, toca la primera de las ocho finales que restan.