En el minuto 86 Trujillo lanzó una falta que Valle no pudo atajar y ahí estaba atento Raül Capó para marcar el definitivo 1-1 - Javier

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El Sporting es consciente de lo que tiene ante sí. Ayer, en una tarde preciosa, salió con toda la concentración, a por todas, pero con cabeza. Delante tenía a un clásico, todo un Badalona. No podía ir a lo loco. El resultado final fue un 1-1 que según como se mire, es mucho o es poco. Hoy lo sabremos dependiendo de lo que haga el Benidorm. Pero evita la octava derrota seguida de este equipo que no quiere bajar. En un Bintaufa con una buena entrada, este equipo demostró que no quiere irse de la Segunda B.

El partido se inició como una partida de ajedrez. Las piezas estaban dispuestas para ocupar todos los espacios. Todos. No había concesiones. Es por eso que las ocasiones fueron escasas. Responsabilidad, concentración, nervios templados, eran la norma. Pasó el minuto 15 del primer tiempo y las ocasiones de gol eran cero.

Era mucho lo que se jugaban uno y otro. Era el día de las "vacas sagradas", los Moyano, Vates, Trujillo, Marcos, delante de este Badalona eterno aspirante a ascender, de los Ferrón o Miguel Ángel, jugadores que han estado en Primera División, de "pillos" como David Prats, o clásicos como Sellarés.

Una falta en el 21 en la frontal de Moso fue la primera ocasión clara del encuentro. Y fue gol. El 1-0. La tiró magistralmente Santi Villa. Moso no pudo hacer nada. La cuestión es que ese balón tenía que haber sido rechazado a la Luna antes. Otra vez con el marcador en contra.

La respuesta llegó cuatro minutos después en una falta de Trujillo. La tiró con toda la intención, pero Valle es un porterazo y la rechazó. Le llegó a Vates, pero su tiro no fue nada, aunque reclamó mano.

El equipo mahonés no podía hundirse, pero no podía responder a la babalá: el Badalona es un equipo experimentado y sabe conducir partidos a su terreno. Trujillo fue, como casi siempre, el elemento en ataque más incisivo. Forzó ocasiones de respuesta, y Jeroni, en sus subidas a rematar córners, tuvo un cabezazo claro a la media hora. Hasta el descanso el dominio territorial fue local. Los escapulados regalaron la posesión, resguardados por el resultado.

El resumen del primer tiempo fue demasiado duro para el Sporting. Una ocasión, en una falta -bien tirada, eso sí- un gol en contra. Es cierto que el bagaje ofensivo era nimio para los locales. Pero viniendo de donde se viene, era demasiado duro porque el Badalona tampoco demostró mucha historia.

Se inició el segundo tiempo con un nuevo ejercicio de superación para los de Esteva. Además del resultado, la mentalidad. De nuevo se fue a por todas. De nuevo, intensidad, concentración, ganas. Y 45 minutos por delante. Aquí nadie se rinde. Pero el problema es que si no se marca...

Esteve no varió el esquema de principio. En ataque, Marcos en punta, las bandas para Trujillo y Vates y la mediapunta para Pedro Capó. Batallaron, sobretodo Trujillo. Luego sí cambió Esteva. Metió a Mendez por Vates. ¿El Badalona? Con su gol, tranquilísimo. Caían los minutos. El Sporting tenía el balón, insistía, pero sin resultado. Aunque sus ideas tampoco eran muy clarividentes.

Los ánimos se encresparon en el minuto 65. Martí Noceras reclamó un penalty en la punta derecha del área del Badalona cuando cayó en el control del balón con su par. Pero su reclamación solo supuso una amarilla, aunque sirvió para que la afición despertara y animara más. Esteve puso más carne arriba con Mourad y Rubén en el último cuarto de hora.

Pero el crono corría. Y el Sporting no tenía pólvora. Pero hay siempre una falta salvadora. De Trujillo. Lo sabe. Llegó en el 41 y Valle hizo lo que pudo con un misil. Allí estaba Raül y metió el alma. Un gol que es un punto que lo mismo es la salvación. Sí, hay que seguir.