El central Raül Capó intenta avanzar ante los rivales del Orihuela, que le quitan el balón desde el suelo - photodeporte

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Cubo de agua helada. El Sporting Mahonés sucumbió, en exceso, ante un Orihuela que exhibió pegada en una segunda parte demoledora y que devolvió a la expedición blanquiazul, ayer con su segunda equipación, a la cruda realidad.

El equipo de Luis Elcacho no está, a día de hoy, calificado para luchar por los puestos de la zona alta, sino que debe concentrarse en arañar punto a punto una salvación que bien es cierto, no debería ser tan cara como en otros años.

El 4-0 final fue demasiado premio para el conjunto alicantino que se vio superado por un buen Sporting en la primera parte al que le faltó acierto y le sobraron ocasiones, y que vio como las buenas sensaciones se iban al traste en el segundo tiempo.

Un resultado abultado e irreal, y más viendo cómo saltó al terreno de juego del municipal de Los Arcos el Sporting. Pero lo cierto es que el Orihuela aguantó mejor el fuerte calor de la mañana mientras que los de Luis Elcacho acusaron el cansancio en la recta final. Así, los locales se hicieron con el control definitivo del partido tras el penalti que supuso el 2-0, muy protestado por los mahoneses que no estuvieron conformes con la decisión del colegiado.

El partido comenzó muy bien para los menorquines. El portero del Orihuela, Unai Alba, se convirtió en el protagonista del encuentro en los primeros compases al parar un mano a mano a los 9 minutos y despejar, a los 14, un remate de Nacho del Moral dentro del área.

El Sporting dominaba y generaba peligro aunque pasada la media hora, los jugadores y público locales pidieron penalti por manos visitantes. Poco después, el líder inquietaba por primera vez la puerta de Oliver mediante un lejano disparo de Óscar Rico que se marchó fuera y que prácticamente cerró el primer acto. Ahí acabó el sueño para el Sporting Mahonés, porque en la segunda parte el argumento iba a ser distinto.

Se veía venir que el calor pasaría factura y que el equipo mejor preparado se llevaría el partido, y así ocurrió. A los cuatro minutos Óscar Rico abrió el marcador para los locales al empujar el balón a gol después de una preciosa jugada entre Arques, Teo y Cases.

El 1-0 fue un mazazo para el Sporting que, sin embargo, no arrojó la toalla y continuó mostrando sus mismas cartas. Creo peligro, cerró buenas triangulaciones y abrió juego por las bandas para buscar la puerta rival. Arkaitz Ruiz tuvo su opción en el minuto 64 cuando ganó por velocidad a Benja y se plantó sólo ante Unai Alba, pero llegó tan forzado que su remate se fue alto.

La respuesta oriolana llegaría sólo cinco minutos después por medio de Dani Gómez, que en una jugada personal aunque el balón salió ligeramente desviado junto al poste. En el 75 llegó la polémica. Iray cometió un penalti muy protestado sobre Gómez, que Cases se encargó de transformar. A partir de ahí sólo existió el Orihuela, que ofreció sus mejores minutos y terminó de culminar una goleada que pudo ser mayor.

Los locales estaban lanzados los blanquiazules se habían ido del partido. Espadas, que debutó, se emborrachó de balón y perdió una clara oportunidad de hacer el tercero en el minuto 84, pero optó por continuar la jugada en solitario en lugar de pasar a su compañero desmarcado, perdiendo el balón. Sin embargo, tres minutos después, el mismo delantero lograría el 3-0 gracias a la generosidad de Cases que pese a tener opciones de marcar, cedió el balón a Espadas para que lo empujase al fondo de la red.

Con el Sporting desdibujado y pendiente de acabar cuanto antes, llegó el 4-0, similar al anterior, cuando Cases cedió a Pelusa. Por suerte para el Sporting, ya era el minuto 89 y su sufrimiento no se prolongó mucho más.