Dos seguidos en casa. El equipo afronta ahora una doble cita en el Municipal, donde lo ha ganado todo, ante el Lleida y el Ontinyent - Archivo

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El Sporting Mahonés está protagonizando el peor arranque liguero a domicilio desde su regreso a Segunda División B, hace tres temporadas, ya que tras tres partidos disputados todavía no ha logrado puntuar mientras que en las dos campañas anteriores, a estas alturas del campeonato ya había sumado tres y dos puntos respectivamente y, lo que es más importante, las sensaciones eran otras muy distintas.

En su defensa hay que subrayar que la actual coyuntura económica ha obligado a reducir el presupuesto para la confección de la plantilla y que ésta ha sufrido un cambio en el banquillo y una profunda renovación entre sus integrantes, lo que demanda un cierto tiempo de adaptación y aclimatación, todo ello unido a una pretemporada atípica por los contratiempos que se han ido sucediendo. Pero con los números en la mano, éstos arrojan que el conjunto insular es el peor visitante hasta el momento junto al Dénia y el Zaragoza B aunque con peor coeficiente entre goles marcados y encajados.

Dos inicios esperanzadores

El equipo regresó a la categoría de bronce del fútbol español en la temporada 2009/10 con un meritorio empate ante el Espanyol B en Sant Adrià del Besòs (0-0), lo que refrendó en los siguientes desplazamientos con dos nuevas igualadas, en Villajoyosa (0-0) y Lleida (2-2), mientras que la pasada campaña arrancó el curso ofreciendo una muy buena imagen en el feudo de otro filial, el Mallorca B (1-1), para caer en la tercera jornada en Sabadell (2-1) y puntuar de nuevo en la quinta, en casa del Atlético Baleares (1-1). En definitiva dos inicios esperanzadores aunque luego bien es cierto que la tendencia se invirtió y puntuar lejos del Municipal fue verdadera la asignatura pendiente del conjunto comandado por Joan Esteva (dos victorias y ocho empates al final de la primera temporada y tres triunfos y seis igualadas al término de la pasada).

Por lo que respecta a los dos encuentros jugados en casa tras la disputa de la quinta jornada, ya se dejaba entrever la fortaleza del grupo y la dificultad para dejar escapar puntos en Maó, con una victoria (1-0 al Alicante) y una derrota (0-2 ante el Ontinyent) en la 2009/10 y dos victorias en la pasada (3-1 a L'Hospitalet y 2-1 a la Gramenet), la misma tónica que en la actual (1-0 ante el Sant Andreu y el Valencia Mestalla), una tendencia -sumar la mayoría de puntos en los partidos de casa- que en este inicio de temporada se está poniendo de manifiesto aún más si cabe.

Otro de los aspectos que llama poderosamente la atención en este arranque liguero son los nueve goles encajados en los tres desplazamientos, especialmente cuando la línea defensiva es la que más se ha reforzado durante el pasado verano y la que a priori reporta más fiabilidad.

El equipo tiene ahora dos partidos consecutivos en casa, ante el Lleida y el Ontinyent, en los que obtener dos buenos resultados le permitiría recuperar la tranquilidad y la confianza para afrontar con las máximas garantías la próxima salida y tratar de sumar los primeros puntos fuera de la Isla, una tarea ardua a tenor del rival, un Atlético Baleares con una de las mejores plantillas y un equipo confeccionado para luchar por el ascenso.