sin opciones. El Alaior no fue capaz de generar peligro, propiciando un partido plácido al Poblense - Archivo

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El Alaior sucumbió claramente (1-0) en el partido aplazado de la segunda jornada que se disputó ayer en Sa Pobla ante un Poblense que lució pegada y efectividad para solventar el trámite.

Los hombres de David Moreno llegaron al partido con la moral crecida tras el empate cosechado ante el Son Ferrer y conscientes de que una victoria les habría permitido abandonar la zona de descenso. Pero no pudo ser, la falta de ideas a la hora de generar juego y ocasiones condenaron a un cuadro que poco pudo hacer mientras iban llegando los goles locales.

Fue un partido plácido para los de Enric Cánovas ante un Alaior al que le faltó actitud para sacar algo en positivo de su visita a Sa Pobla. En el primer tiempo los locales se adelantaron en el minuto 33 por mediación de Toni Coll, que acertó a rematar con la testa un centro de Saúl.

El gol llegó después de una primera media hora de juego poco intensa y sin demasiadas ocasiones, aunque controlada sin problemas por el Poblense ante un voluntarioso Alaior que fue incapaz de crear peligro alguno ante la meta defendida por Molondro.

Con la ventaja mínima del cuadro local, que supo sacar el máximo partido de la única ocasión que tuvieron, se llegó el descanso.

Los hombres de Cánovas saltaron al terreno de juego con la intención de sentenciar la victoria y a los cuatro minutos de la reanudación Saúl puso tierra de por medio con el segundo tanto, que dejó muy tocado a los albinegros. El atacante mallorquín superó la defensa alaiorense con demasiada facilidad y se plantó ante Jesús para finiquitar el encuentro.

Del Alaior poco se puede decir ya que dispuso de una única ocasión clara que fue malograda por Camacho mientras que el Poblense pudo haber incrementado su ventaja en varias opciones.

Pero no fue hasta el minuto 92, ya en el tiempo añadido cuando Morlà se encargó de poner el mejor broche posible al partido con una vaselina que deleitó al público y arrancó una merecida ovación al respetable que se acercó hasta el campo.