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Larga vida al ganador. Y al que no gane. Que ante todo triunfe el fútbol y que los dos equipos aprendan una valiosa lección de la que se antoja una hermosa tarde de sábado en San Carlos. Los juveniles del Sporting Mahonés y del CCE Sant Lluís se jugarán mañana, a partir de las 17 horas uno de los cetros más preciados del panorama futbolístico menorquín, la Copa. La pasión y la ilusión hacia el fútbol de Vicente Martínez contra la pragmática y la eficacia de Miquel Gomila. El Sporting repite presencia y el Sant Lluís llega cuando nadie le esperaba.

Esta aventura para el CCE Sant Lluís empezó el pasado 8 de agosto. "Hemos basado el proyecto en tres pilares: trabajo, humildad y mucha ilusión", explica Vicente Martínez, que a la vez ocupa el cargo de coordinador del club. "El club lo merece, hemos pasado años muy complicados, no hablo de ganar digo de tener equipo y lo normal es acordarse de los que había antes, como José Luis Domínguez, o de los que me han ayudado, tengo un gran equipo y muy buenos colaboradores, Pedro Palliser y Eloy Casals", recuerda el técnico, que asegura que "nadie daba un duro por nosotros y ahora tenemos la ilusión de ver hasta dónde hemos llegado y de ver qué pasa en la final".

Un empate del Mercadal a poco del final de su último encuentro ante el Dosa (3-3) propició que el Sant Lluís, que había ganado a los rojiblancos en la jornada anterior incrementando sus posibilidades, accediera a la final. "El Mercadal puso el horario que quiso y en nuestro partido ante el Sami, a los 25 minutos íbamos ganando 0-2. Terminó su partido y no dije nada del resultado. Ya en el descanso del nuestro les pregunté si querían terminar bien esta historia y ganamos 0-5", rememora el preparador santlluïser. Luego, hubo de todo, mucha emoción y alguna lágrima.

El Sporting, distinto
La aventura, en el caso del Sporting Mahonés, empezó el pasado 15 de agosto. La clasificación del grupo blanquiazul para su segunda final de Copa juvenil consecutiva no fue tan sufrida como la de su rival aunque también estuvo cargada de emoción. "Recuerdo cuando perdimos el año pasado y que sirvió para que muchos de los jugadores aprendieran una lección", habla Miquel Gomila, "hemos sido muy regulares y todavía no hemos perdido ningún partido aunque en una final todo es distinto y nada tiene que ver".
El equipo mahonés logró el pase a la final en la penúltima jornada, dado que en la última descansaba. "Tenemos un equipo joven, con 14 de los 21 efectivos de primer año y creo que es muy positivo que vivan experiencias como esta", reconoce Gomila.

De vuelta al día a día, Martínez explica que "no ha habido ningún cambio esta semana, no hay que perder el criterio, aunque es cierto que hemos trabajado más el aspecto psicológico porque hay que saber gestionar el tema de la cabeza". En este sentido, Martínez cree que "el Sporting Mahonés es un bloque muy bien armado, que no ha perdido y eso habla a su favor y que tiene la experiencia del año pasado".

Gomila replica que "sólo he visto una vez al Sant Lluís y, aunque soy más partidario de fijarme en mi equipo, veo que es un conjunto joven y con mucha ilusión lo que es importante para hacer cualquier cosa en la vida". Gomila, que tampoco ha preparado ninguna revolución en la tónica habitual de entrenamientos aunque si "algunos aspectos de los que podemos sacar ventaja" niega que "por haber jugado una final tengamos un punto de favorito, creo que vencerá el que sea capaz de gestionar mejor esos pequeños detalles que pueden ser definitivos".

Pase lo que pase, el sábado es un excelente día para el fútbol menorquín.