Moyano, titular. El capitán del Sporting Mahonés ha terminado el año regresando al once inicial y ayer acabó expulsado en el descuento - T.T.

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El Sporting cerró el 2011 con un empate a uno frente a un rival directo que, aparte de saber bien a poco por lo visto sobre la cancha, deja a ambos equipos exactamente igual: los locales en promoción y los de Matías Borsot marcando la frontera del descenso, aunque eso era lo que menos se hablaba ayer en Manacor. Lo que queda del Sporting dio en 'na Capellera' una lección de honradez profesional, luchando a destajo hasta el último aliento y siendo mejor en su juego que su rival, aunque eso no se reflejase en el resultado final.

Y es que así como arrancó el partido, nada hacía presagiar que el Sporting fuese el primero en romper las hostilidades. Más bien al contrario, ya que era el Manacor el que controlaba la situación ante la actitud contemplativa y precavida que de salida optó el once de Matías Borssot. Pero, una genialidad del centrocampista blanquiazul Genís Soldevilla reventó el partido. Y además, con toda la intención del mundo. Control del esférico en la misma zona central, vista alzada y el cancerbero local Gaspar, muy alejado de su marco. El resto, de pura fantasía. Disparo colocado y con calidad del catalán desde más de cincuenta metros, y lo quimérico hizo acto de presencia. Un golazo para girar totalmente el guión del encuentro. Los mahoneses, pese a llegar al partido con lo que le queda, en pura reserva y a sabiendas de que su futuro inmediato es lo más parecido a la nada a día de hoy, tomó las riendas del partido ante un desconcertado once local, sin rumbo tras el tanto encajado, y que vio como Arkaitz y Biel Medina a punto estuvieron de cerrar el partido.

El Manacor, todo corazón pero ahogado por los blanquiazules en la zona medular, tiraron de arrestos para intentar arreglar el desaguisado. Pero los remates tanto de Roberto como de Biel Gili se perdieron fruto de la precipitación local, llegándose al descanso con el preciado 0-1 para un Sporting Mahonés que ya había perdido a uno de sus baluartes en defensa, Jeroni, tras sufrir una dura plancha por parte del futbolista local Artabe.

Tras el intermedio, pese a que los primeros minutos fueron de dominio visitante, con ocasiones tanto de Arkaitz como de Genís para ampliar la diferencia, el Manacor le fue cogiendo el pulso al partido coincidiendo con la entrada a cancha al alimón de Rafa y Lluís. El equipo rojiblanco se abrió, coincidiendo con un bajón en la presión de los mahoneses. Con todo, salvo acciones aisladas de Biel Gili, Nico y Barbón por duplicado – con sendos lanzamientos a balón parado – poco más daba de sí el juego de un Manacor que con el paso de los minutos jugaba cada vez más acelerado hasta que llegó el minuto 87.

Lluís e Iray disputan un balón dentro del área. Se enganchan ambos futbolistas y el colegiado decide señalar pena máxima. En esta ocasión Barbón no erró en el que era el primer penalti señalado a favor del Manacor en toda la liga, y el 1-1 que subió al marcador.

Aún hubo tiempo para más polémica, como el remate en pleno descuento de Berto Vaquero que una mano de un defensor rojiblanco repelió. Incluso la expulsión con el partido acabado del capitán sportinguista Moyano. Daba igual. La gran pregunta tras la conclusión del encuentro era sí el de ayer fue el último partido del Sporting en Segunda B. Para casi todos los futbolistas que jugaron ayer en 'na Capellera', lo fue sin duda.