Desolador. El Sporting Mahonés regresó al trabajo con solo 11 jugadores disponibles pero ayer Genis Soldevilla dejó el equipo - Archivo

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En realidad, a estas alturas, ya no quedan paliativos para describir la situación por la que atraviesa el Sporting Mahonés.

El mejor equipo de la Isla afronta este mediodía una situación esperpéntica que en poco o en nada se parece a un partido de Segunda B. El conjunto que entrena Mati Borsot parece un reo que se encuentra tachando los días que le quedan antes de ser ejecutado. ¿Excesivo? Para nada. Realista. El Sporting recibe hoy al Llagostera con seis juveniles en la convocatoria y la moral de los jugadores tan abatida que sólo un milagro de los Reyes Magos, Papá Noel o del ratoncito Pérez propiciaría una victoria hoy.

Pero no está todo perdido. Si algo ha demostrado este grupo en las jornadas anteriores es que a casta es uno de los mejores del campeonato por lo que la sorpresa podría saltar en Bintaufa si los mahoneses son capaces de adelantarse en el marcador. Además, siempre se ha dicho que no hay nada más peligroso que un animal herido. Pero hay heridas que te dejan sentenciado.

La última es la marcha de Genis Soldevilla, adelantada por este diario, y que deja la primera plantilla con nueve efectivos para hoy ya que Biel Medina y Moyano están sancionados y Jeroni no volverá a vestir la zamarra por lesión. Esta situación obliga a Mati Borsot a apostar por un juvenil en el once inicial, además del portero Marc Seguí. Además, el catalán sentará en el banquillo a cuatro juveniles más, uno de ellos el otro portero, Pau Riudavets. La normativa de la Federación Española que obliga a tener a siete jugadores del primer equipo sobre el campo, condición que si no se cumple conlleva a que el colegiado declare incomparecencia del conjunto que incurra en esta infracción, condiciona todavía más la situación del Sporting.

Borsot montará para hoy un auténtico rompecabezas cambiando bruscamente la posición a algunos de sus jugadores para diseñar un once que salte al campo. Ignasi, por ejemplo, cuenta con muchas opciones de jugar de lateral y si no lo hace él lo hará Nacho del Moral, Micaló puede jugar de central, al igual que el alaiorense Joan Barber. Donde quedan pocas dudas es delante ya que Corbella y Lamin serán la referencia en ataque.

Por su parte, el Llagostera llega con toda la ventaja del mundo. Tras fichar a los exsportinguistas Oliver y Alcover, el equipo de Oriol Alsina se muestra cauto porque desconfía de la reacción de los locales a su mala situación. Los catalanes juegan un 4-4-2 y el peso del equipo lo llevan Eloy, que mueve el balón, y Pedrito, un extremo endiabladamente rápido y con mucho desborde.