segarra. Asume su responsabilidad por lo sucedido pero no se considera el culpable - Gemma Andreu

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Responsable pero no culpable. Molesto con algún sector de los medios de comunicación y autoinculpándose de "ser excesivamente optimista, pecar de presuntuoso pensando que sería capaz de reconducir las aportaciones institucionales e ingenuo porque pensé que la gente lo entendería y lo seguiría". Paco Segarra despachó ayer en la sala de prensa del campo municipal de Bintaufa todos los temas que han afectado al Sporting Mahonés sin hablar demasiado del futuro, salvo la obviedad de que el año que viene el equipo, bajo el nombre que le permita la Federación si no paga las deudas, jugará en Regional y la firme intención de que piensa seguir en el cargo otro mandato, a partir de junio. "Después de todo el drama, el trauma y la catástrofe que se ha montado alrededor del club interpreto que nadie querrá presidir el Sporting, es un caos, por eso seguiré cuatro años más", ironizó el catalán, que mostró un semblante tranquilo durante los más de 50 minutos que duró su intervención.

Por partes. Paco Segarra respondió que no le "avergüenza" toda la situación que ha sufrido el club desde el pasado julio hasta su desalojo forzoso de la Segunda B o que los jugadores no tuvieran dinero ni para comer porque "lo hice con la mejor de las intenciones, de lo contrario quizás sí que me daría vergüenza, pero hay cosas peores como lo de Spanair". En este sentido, el empresario matizó que "los jugadores son los que menos perjudicados han salido porque han estado cuatro meses sin cobrar pero ahora ya están con otros equipos y al final cobrarán gracias al FOGASA; Gerard Garcés sí que ha sido el más perjudicado, porque Luis Elcacho se marchó a un trabajo mejor en Lleida, sigue entrenando en el Ascó y porque cobró una cantidad muy superior a la de los jugadores, montando un número que estaba totalmente injustificado".

El presidente, que rechaza que el club se haya hundido "porque sólo renunciamos al equipo más representativo", matiza que "tenemos 300 socios, de los cuales 50 son de Barcelona, es decir que 250 abonados es el equivalente a un equipo de Regional". En este sentido, el catalán puntualiza que "no digo que el club tenga lo que se merece pero históricamente no hemos tenido la capacidad de generar ingresos suficientes para competir más arriba, dejando a un lado que alguien pusiera su dinero y yo pensaba que podría aunar a toda la Isla pero me he encontrado que es una entidad sectaria a nivel de Maó".

Hubo un error claro. Segarra señala que "el error fue volver a competir en Segunda B en junio, pero en ese momento pensé que tras el esfuerzo que había hecho ¿por qué no iba a seguir adelante? Quizás me habría ahorrado cuatro meses de pasarlo mal pero el equipo seguiría en Tercera y endeudado".

Paco Segarra se planteó reducir la gravedad del asunto en su discurso recordando que otras entidades que dependen del dinero público como Spanair, el Volei Ciutadella o el Manacor y el Básquet Mallorca "están condenados a la quiebra, porque me he cansado de llamar a todas las puertas y no hay nada".

En este sentido, ¿quién es el culpable?, "no lo hay cuando actúas de buena fe, las cosas se hicieron de la mejor forma que se supo hacer y yo soy el responsable" y añade que "el club está como está porque miramos más por el bien de los jugadores que no por el del Sporting, algo que nadie ha hecho nunca". ¿Y las instituciones? "Hay colectivos en la sociedad que son más importantes y están más necesitados que los clubes de fútbol, es una crisis internacional".

"Me di cuenta de la realidad social del Sporting en el ascenso a Segunda B, cuando llegamos al Aeropuerto sólo había dos personas", cuenta Segarra, que añade que "en los últimos cuatro meses la gente se ha definido, cuando había que pagar han preferido bajar de categoría y que no costara tanto". Y eso ha llevado al límite: "Dejo de poner dinero porque a mi personalmente me ha desgastado y hay que obrar con el sentido común" y también porque "no he obtenido respuesta por parte de los socios".

El exjugador del Barça B, entre otros, sabe que "hemos dejado de competir en Segunda B por 117.000 euros, cuando otros equipos están mucho peor y siguen jugando" pero "subir a Segunda B nos ha trastocado los planes e impidió que pudiéramos crecer desde la base". Paco Segarra dará prioridad, a medida que entre dinero "a los proveedores y a los que hayan ayudado al club porque los jugadores cobrarán con FOGASA".

Segarra agradece la profesionalidad que ha encontrado en Mati Borsot, José Pons y Joan Esteva, entre otros, y considera que el Sporting, a partir de ahora, "luchará por objetivos más sociales y no tan deportivos".

Hacia el final, Segarra envió dardos hacia algunos periodistas, medios de comunicación y el Menorca Bàsquet. "Cuando el dinero no es tuyo tienes que gestionarlo con rigor, nosotros hemos hecho con el nuestro lo que hemos creído, pero sólo hemos perjudicado puntualmente".

El catalán no se arrepiente de haber venido al Sporting, "lo hemos pasado muy bien", y advierte que "el ascenso llegó prematuramente". Ahora Segarra intentará arañar parte de las ayudas prometidas por Illesport, que le descontará la parte proporcional por su retirada, y el Ayuntamiento. "Nos irían bien, es la diferencia de dejar un club precario a darle respiración asistida".