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Durante esta semana les hemos explicado en "Es Diari" que el Ferreries le está viendo las orejas al lobo. El Juvenil y el Regional son colistas destacados, aunque sería injusto exigirles cosas extras. Y el conjunto de Tercera está transitando por la cornisa. Pero tiene orgullo, por supuesto.

Ayer, en una primorosa tarde de sol en Sant Bartomeu, y entre los habituales y un poco menos porque a las cuatro jugaba el Madrid en Vallecas, los de Joaquín Andújar dieron un paso en esa lucha ante un ramplón Alcúdia que también está por abajo, en un encuentro donde el arbitraje tuvo sus "cositas". El resultado final (2-1) es el fiel reflejo de eso. En el último suspiro y con cierta polémica incluida. Quizá el concepto "fuera de juego" va a tener que explicarse mejor.

Durante toda la primera parte se pudo apreciar parte de eso. Podemos ir directamente al grano: la expulsión por roja directa merecida del visitante Pasqual cuando agarró a Caballo que encaraba al portero en el 24, y el extraño gol de César. Extraño porque ese 0-1 parecía, desde la banda, un claro fuera de juego. Pero casi nadie protestó, y el jugador marcó de vaselina fácil sobre Moll. Luego Guel reclamó un penalty por una caída entre dos defensas en el 36, por la que vio una amarilla y se llegó al descanso con una falta directa de César que se fue a la barrera.

¿Qué se vería tras el descanso?. Porque el 0-1 pesaba, a pesar de tener un jugador más. Andújar rebuscó entre lo que tiene y sacó a Tiago por Iván. Había que ir a por el partido, porque con los minutos el Alcúdia, seguramente, se echaría atrás a conservar su golito. No solo eso: en cada parón colaban minutos como si nada. Pero eso no le importó a Pepo. En el 57 se inventó una internada por la banda y su pase llegó a Chiqui para rematar cruzado un 1-1 que insufló vitaminas a los blaugrana.

Ciertamente, el Ferre apretó algo más. Por ejemplo, en el 68 Raúl tiró ajustada una falta por cesión al portero. Pero había ansiedad por el último pase. Demasiada. Luego sorprendió Andújar cambiando al más incisivo, Chiqui, por Mir. Se conformaba quizá con no perder. Él mismo dijo que era un partido trascendente. Pero la permuta supo a demasiado "amarrategui". No lo fue Guel con un tirazo que obligó al portero Yan en el 65 y también en el 80. Fue protagonista el cancerbero con la doble amarilla en una falta en que no tenía más remedio.

Y luego, el follón. Menos mal que ganó el Ferre, que si no... En el 90, un tiro de falta que el cancerbero no ataja y Guel que está al quite y marca. Peña Molina lo anula y llega el marasmo. ¿Fuera de juego? ¿Cómo? ¿En un rechace?. Festival de tarjetas, expulsiones... Suerte que después la rabia se transformó en una acción de Pulido y Pulido arregló lo inexplicable.