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Está visto y comprobado que al Mercadal no le sienta nada bien el fútbol por Sant Nicolau. El pueblo respira fiesta, caballos, pomada y música, pero el equipo lleva ya cinco temporadas en Tercera División y aún no ha conseguido vencer en esta cita festiva. Será un mal fario, no deja de ser una anécdota que poco importará en el cómputo final de la temporada, pero tampoco ayer llegó el ansiado triunfo de Sant Nicolau (0-0).

Pero estuvo rozando el éxito. Si algún equipo mereció llevarse los tres puntos, fue el de Yeray Rodriguez. Diríase que solo faltó el gol decisivo, pero no se acertó, y delante había un rival experimentado que dicen que aspira a todo. Pero en la segunda parte fue claramente a buscar algo positivo, aunque sólo fuera un punto porque habían visto las orejas al lobo y, como dijo su entrenador, "sumar, y en un campo difícil como éste, siempre es un buen resultado".

En conjunto, el encuentro fue intenso y abierto. En la primera parte no hubo un dominador claro, pero en los diez minutos iniciales se acercó con mucho peligro a la meta de Mingo que estuvo siempre muy acertado. En el 3 se vio la primera oportunidad a cargo de Barber, y un minuto después Joel encaró al portero que impidió que concretara la jugada. En el 11 y en el 12 dos remates de Barber y Rubén concretaron la mayor peligrosidad local, más evidente en estas jugadas que en el propio control del partido.

En el 27 fue Bardolet quien puso a prueba a Barceló en un saque de córner, y en el 29 llegó la mejor ocasión local en este período, un centro por la derecha del ataque rojiblanco se paseó ante la meta sin encontrar rematador, pero el rechace defensivo lo empalmó Barber a bocajarro y la fortuna se alió con Carlos que evitó con su cuerpo lo que parecía el primer gol del Mercadal.

La reacción no se hizo esperar y pasada la media hora un despiste defensivo local estuvo a punto de provocar el tanto de Bardolet, y tres minutos después la ocasión fue de Rojals que remató por dos veces casi en boca de gol, pero Barceló estuvo providencial evitando el 0-1 que hubiera dejado el partido muy difícil.

En la reanudación creció la tensión y con ella la polémica. En el 54 la grada protestó con fuerza un empujón por detrás a Héctor no señalado, y en el 58 una obstrucción en el área del Llosetense sin castigo reprodujo el enfado. El Mercadal aumentó su ritmo de juego en busca del gol salvador, pero enfrente tenía un rival que buscaba más no ser batido que salir en busca de un hipotético triunfo. Las ocasiones eran prácticamente todas locales.

En el 55 Joel volvió a enfrentarse mano a mano con Mingo que le ganó otra vez la partida, pero fue al final del partido cuando el gol estuvo más cerca con un cabezazo de Jeroni que Mingo despejó magistralmente, y a falta de tres minutos en un remate de Héctor que Real sacó bajo los palos, fueron los últimos cartucho de un encuentro vibrante al que solo faltó el gol, nada más ni nada menos.