Marc Urbina. El goleador menorquinista repitió diana en dos ocasiones para aminorar el resultado - Archivo

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El Menorca juvenil no carbura lejos de su feudo. Sobre todo cuando viaja a tierras catalanas. Esta temporada ya había caído en Gerona (4-0) y en Barcelona (3-1) ; y ayer hizo lo propia en La Pobla de Malfumet frente al Nàstic de Tarragona. Los de Lluís Vidal se encontraron con dos goles en los primeros minutos y a pesar de que trataron de recomponerse ya no lo consiguieron. Cierto es que tras el paso por vestuarios la decoración del encuentro varió y dio la sensación de que la situación se podía revertir, pero el tercer gol tarraconense cayó como un jarro de agua fría y ahí se acabó todo.
El CD Menorca pagó su pésima puesta en escena. Tardó en entrar al partido y cuando se dio cuenta el marcador ya le era demasiado adverso. Los dos primeros goles del Nàstic llegaron tras sendos errores de la zaga balear. Gabri aprovechó un rechace defectuoso de la defensa para abrir la lata cuando apenas habían transcurrido cuatro minutos de juego. Poco después la jugada se repitió. Esta vez a la salida de un saque de esquina. El CD Menorca no se enteraba de la película y el habilidoso delantero tarraconense no perdonaba.

Con el paso de los minutos, sin embargo, el equipo de Vidal despertó de su letargo y consiguió hacerse con la posesión de la pelota. En esa tesitura el juvenil se encontró más cómodo, pero careció de profundidad y se mostró errático a partir de tres cuartos de campo. Un contragolpe culminado por Urbina desembocó, a pesar de todo, en el dos a uno, que volvía a meter a los de Vidal en el encuentro.

Tras el paso por vestuarios el CD Menorca adelantó ligeramente sus líneas y llegó con cierto peligro sobre la portería local, pero a la hora de dar el último pase se colapsó. La otra cara de la moneda fue el Nàstic, al que una llegada le bastó para perforar la portería de Enric. Gesti aprovechó un robo en el centro del campo para encarar al meta y batirlo con un toque sutil por bajo. La puntilla le llegó al juvenil menorquín a falta de poco más de un cuarto de hora para la finalización del choque tras una cabalgada de Madero por el costado que acabó con un balón colgado al corazón del área. Álex se encargó del resto.
El último tramo del choque fue un querer y no poder del CD Menorca, que dejó todos los espacios del mundo atrás y pudo caer goleado. Pero fue Urbina el que maquilló el marcador por mediación de un penalty después de ser derribado él mismo en el interior del área tarraconense. Prácticamente fue el epílogo del encuentro.