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En un partido trepidante y marcado por la intensa lluvia que no dejó de caer toda la tarde, el Mercadal y el Isleño empataron a dos en el campo de Sant Martí. Los locales desperdiciaron otra ocasión para encaramarse a las primeras plazas ante un rival que desde el primer minuto dejó entrever que venía a por todas.

Nada más señalar el inicio del choque el después polémico Mulet Pacis, el duelo se jugó a un ritmo fortísimo por ambos bandos. Paolo empezó a destacar, no por su color, si no por una calidad que ya demostró en su primer remate y que luego mantendría en jaque a una defensa rojiblanca que no pudo evitar su control de balón antes de rematar perfectamente al ángulo imposible de Barceló el primer gol de la tarde (23´).

La movilidad del ariete visitante, que encontró buena pareja en Franchino, daba ventaja a un equipo que se encontraba en su ambiente con el despliegue físico que exigía el pesado campo, y al que el Mercadal no lograba contrarrestar salvo en las escapadas de Lacueva, que exhibía su velocidad y buen momento de juego.

Por su lado se originó el tanto del empate, cuando en el minuto 37 David Mas cazó un balón y largó un gran disparo que se coló como un obús en la meta de Ángel. Era una buena noticia para los de Yeray, que se fueron al descanso con el mejor de los resultados posibles tras una frenética primera parte, pero con la contrapartida de la lesión de Miguel Capó que con molestias en la rodilla ya no saldría en la reanudación.

Arreció aún más la lluvia cuando volvieron los jugadores al campo. Y aguantó razonablemente bien, pero el agua frenaba a veces el balón y en otras lo deslizaba sin control posible. Si el estado físico fue vital antes, ahora lo era más para los dos equipos que seguían mostrando tantas ganas como agresividad. Pero jugadores como Lacueva acusaron el desgaste, aunque otros como Ruben Carreras se vinieron arriba. Una peligrosa incursión suya no encontró rematador, y el Isleño contragolpeó en un tiro de Jades que salió fuera.

La ducha fría para los locales llegó en el 69 cuando un agarrón de Oscar fue castigado con un penalti que Franchino transformó en el 1-2. El partido se complicó con un árbitro que no lo podía controlar, y el Mercadal, con muchísima casta, se fue hacia arriba aún a costa de dejar algunos huecos atrás. Jeroni -mejor como central tras la lesión de Capó- cabeceó fuera por poco (75´), y cuatro minutos después Barber dispuso de la mejor ocasión para empatar: lo hizo todo bien, controló, se giró y chutó con toda el alma, pero el balón salió lamiendo el poste.

Fue sin embargo el prólogo del 2-2. El tanto llegó con un remate cruzado de Ruben a servicio de Jeroni. Luego Héctor tiró fortísimo para lucimiento de Angel (88´), todavía apareció Paolo para engrandecer a Barceló (89´), y ya en el tiempo añadido un polémico derribo a Héctor en el área ibicenca, en una acción que pudo decidir in extremis un partido de gran tensión en el ninguno de los dos mereció salir de vacío.