Alegría comprensible. El equipo entero abraza y felicita a Xiscu Martínez, autor del 3-2 que daba opciones de ganar al Menorca - Paco Sturla

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La fortuna, aquella que se pasea a su antojo por la vida y por los recintos deportivos, se acordó ayer del Menorca juvenil. Un gol de rebote de falta de Xiscu en el 70 rompió la igualdad que dominaba el marcador (2-2), cambió la mentalidad azulgrana y propició la merecida victoria de un equipo que ha puesto, de momento, punto y a parte, a una racha de cuatro derrotas consecutivas. Al final, 4-3 y más allá de los tres puntos, lo mejor fue la reacción del equipo.

Lluís Vidal presentó una variante en el 'once'. Dejó al goleador del equipo, Marc Urbina, en el banquillo y devolvió a Biel Villalonga la titularidad en el puesto de pivote y a Alí en la banda por Luis Martínez en un 4-1-4-1. Con referencia a los otros partidos, el Menorca acusó falta de frescura en la circulación de balón. El hecho de jugar sin apenas calentar tampoco le pasó factura al San Francisco ya que no solamente se adueñó del esférico sino que además gozó de ocasiones.

La primera llegó en un balón entre líneas a los 5 minutos con un disparo demasiado cruzado de Miki. La segunda, en el 12, en un remate que peinó Chechu y al que respondió felinamente Enric. La tercera, lamentablemente, fue la del 0-1. Bibi empalmó un balón desde 40 metros que pegó en el larguero. Todo el mundo, incluida la defensa local, quedó fascinado en lugar de seguir la jugada. El rebote cayó franco a los pies de Dani, en posición dudosa aunque el linier no vaciló, y solo ante Enric resolvió con sangre fría.

El Menorca estaba lejos de su nivel y, lo que es peor, sin opción alguna. Carente de agresividad y mordiente en el centro del campo apenas inquietaba la creación visitante. La primera aproximación fue a los 23 en un centro de Sabater que Camps cabeceó y Pedro envió a córner. Después, un centro chut de Xiscu se paseó por el área pequeña donde no acertó a empujar Alí. El mismo jugador tuvo el empate en el 28 con un centro que le dejó franco Biel y envió a las nubes.

Y como con el San Francisco, a la tercera fue la vencida. Alí mandó a la red la ocasión menos fácil que tuvo, en un balón que le dejó Camps y se le quedó atrás. Golpe sutil a la izquierda, 1-1 y delirio en la grada. Era el minuto 36. No hubo más hasta el descanso, a excepción de un intercambio de disparos lejanos.

Vidal quería la victoria por lo que movió pieza. Quitó a Izan y a Alí y dio entrada a Urbina y al cadete Juan Fernández. El movimiento quedó en anécdota al encontrarse a los dos minutos con el 1-2 obra de Dani, en un fallo defensivo. Tocaba volver a remar contra corriente.

La primera palada la dio Juan Fernández, gran partido el suyo, con un sombrero y un centro al área que no acertaron a rematar ni Urbina ni Camps. Los mismos protagonistas trenzaron una opción en el 59 que acabó con un disparo alto.

Cuando el partido ni tenía dueño ni parecía que nadie fuera a asumir ese rol, un balón en largo lo aprovechó Urbina para clavarle una vaselina de libro a Pedro e igualar de nuevo. Quedaba media hora para remontar y el Menorca recuperó su mejor versión. Primero con un córner que se paseó por el área pequeña que Urbina remató y la defensa sacó de la línea.

El Menorca parecía otro. Y regresó la fortuna a Maó. Una falta de Xiscu pegó en la barrera, descolocó a Pedro y significó el 3-2. Ahí no acabó la cosa. Un minuto después, en el 72, Camps pegó una galopada que no supo resolver en el mano a mano ante Pedro.

El de Ciutadella no falló en el 80 a pase de Urbina y sentenció el duelo aunque Gabi, ya en el descuento, recortó distancias aunque el guiño de la fortuna ya había surtido efecto.