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"Una tarde, después de entrenar, iba con mi moto hasta la carretera de Sant Lluís, para bajar al parque que hay en Borja Moll. Un coche se saltó un ceda el paso. No lo pude esquivar. Me llevó por delante", explica Sergi Marquès, un chico de 16 años que es uno de los porteros del CD Menorca Juvenil B. El accidente le fastidió el femur. Resultado "Un año y un mes sin jugar a fútbol". Durísimo.

Sergi estudia 4º de ESO en el IES Cap de Llevant, en Maó. "Por el accidente, la recuperación y todo perdí el primer trimestre. En casa pensamos que era mejor repetir curso y llevarlo bien". Pero peor le supo dejar al equipo. Porque, además, le iba muy bien.

"Todos me animaron mucho. Los compañeros, el entrenador... Les estoy muy agradecido", pero lo que le dolió, tanto como el accidente y el duro proceso de recuperación posterior, es que "me escogieron para jugar con la Selecció Menorquina cadete para jugar en Palma. El partido era... al día siguiente de sufrir el accidente. Me hacía mucha ilusión, pero... No podía ser".

Ahora está bien, pero "siempre tendré este accidente en mi mente, además de las secuelas físicas". Unas secuelas que se le manifiestan con molestias. "Camino y corro normal, pero cuando chuto el balón un poco fuerte siento como un tirón... Pero me da igual. Quiero jugar".

Los problemas no se quedan ahí. "Me pusieron un tornillo en la rodilla y me tendrán que operar otra vez para sacarlo". Además "tengo tocado un tendón. Hasta que no tenga 18 años, no me dirán si quedo bien", explica.

Pero el esfuerzo y la voluntad superan, muchas veces, las dificultades. Sergi quería volver "a mi equipo, con los míos, a jugar otra vez". Lo consiguió. Hace dos meses que ha vuelto. "Jugué contra el Alaior, el último partido antes de la final".

La final no. "En el entreno tuve un tirón. No me asusté. Me dijeron que me pasaría... No pude jugar la final, pero ganaron la Copa por mi".