Faltó más ataque. El Penya casi no se acercó a la portería de Biel Bosch, a pesar de que antes de encajar los dos goles, Llonga tuvo el 0-1 - Archivo

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Un Penya Ciutadella ordenado en defensa y compacto entre líneas pero romo en ataque acabó cediendo ayer los tres puntos al Poblense, al caer en los últimos minutos con dos tantos de Saúl (2-0).

El conjunto de Dani Mori controló perfectamente al equipo local, sobretodo en los primeros cuarenta y cinco. Después, el Penya se estiró, pero su efectividad de cara a portería siguió siendo mínima, insuficiente para ganar un partido, a pesar de que antes del 1-0 un disparo de Llonga se estrelló en el larguero. Pero, globalmente, en un partido sin grandes incidencias, el Penya debió hacer algo más arriba para ganar.

El primer tiempo se caracterizó por un fútbol control y bien trenzado por parte del Poblense, que se tradujo en un claro dominio territorial y con notables llegadas de los locales, aunque carentes de remate frente al marco defendido por Jesús Sastre.

El Penya supo contrarrestar el dominio local, con un planteamiento ordenado y eficaz en el propio terreno de juego, pero porfiando todos sus intentos ofensivos a esporádicos e infructuosos contragolpes, sin llevar peligro alguno a las inmediaciones del portero Biel Bosch.

Mientras, el Poblense contabilizó hasta seis acercamientos a la portería del Penya, los de Ciutadella tan solo se apuntó un inocente tiro entre los tres palos hacia la media hora.

Los primeros cuarenta y cinco minutos finalizaron con el empate a cero en el marcador. Tras el descanso, los de Dani Mori se estiraron algo más, pero también ofrecieron más espacios en su retaguardia.

La ocasión más clara del Penya la tuvo en el balonazo que Llonga estrelló en el larguero en el minuto 75. No hizo mucho más el conjunto de Ciutadella, que poco después vio como se le iba el partido en dos acciones de Saúl. La primera, en el 81, al rematar una asistencia de Jordi. La segunda, cuatro minutos después, en otro tiro del mismo Saúl que rebotó en un defensa y descolocaba a Jesús Sastre.

El Penya aguantó bien, fue compacto. Pero en ataque fue demasiado poco.