Los jugadores del Menorca se abrazan junto a la banda para celebrar el primer gol de la temporada - Gemma Andreu

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Dos empates, una derrota y pendiente de disputar los 38 minutos del inconcluso estreno en Badalona. Son las cifras del Menorca en las primeras cuatro jornadas de liga en División de Honor juvenil, las mismas que le validan dos puntos y le sitúan en la antepenúltima plaza de la clasificación sólo por encima de Real Zaragoza (inmediato rival en Maó) y Girona. Zona conflictiva y fríos números que atestiguan un reflejo muy alejado en relación al inicio promovido en el curso antecedente (entonces, y recorrido este mismo segmento de la competición, el grupo azulgrana era cuarto en la tabla si bien con un partido más), pero tras los que subyacen otros cálculos.

El Menorca es el peor situado de los cuatro conjuntos del archipiélago en competición. Y sin embargo, es de entre ese referido poker isleño el que menos derrotas ha sufrido y menor cantidad de goles aceptado. Sin duda, un inicio con contraste. Tan incómodo por un lado como alentador por otro.

El Menorca en los tres partidos y medio que ha jugado ha recibido solamente cuatro goles. De los dieciséis equipos que integran la liga solo Barça, Espanyol, Damm y Nàstic, cuatro de los primeros seis clasificados, firman idéntica capacidad para salvaguardar su meta (y los del Estadio Mahonés han rivalizado con un par de ellos). Del séptimo hacia abajo, nadie se equipara con el bloque de Juan Romero -todos han sido perforados en más oportunidades-, que en ese sentido, y a pesar de la ausencia de algún triunfo en la hoja de ruta que hasta ahora ha dibujado el Menorca, presenta una solidez defensiva advertida fundamental para recoger dividendos a corto-medio plazo. Una de las máximas en el libro de estilo del técnico, «los equipos se construyen desde atrás», se está confirmando en esta apertura del Año II en División de Honor.

Inspeccionando la estadística de los rivales geográficamente más cercanos se encuentra que el Mallorca, décimo, ha recibido ya siete goles, el San Francisco, undécimo, encajado cinco (materializando solo dos) y el Baleares, con tres exazulgrana en su plantilla y décimo segundo clasificado, ha sido batido diez veces. La seguridad del meta Fernando, una de las mejores incorporaciones llevadas a cabo durante el verano desde la Avenida Menorca, se adivina crucial en la explicación de la estadística, pero también la asimilación de los conceptos tácticos por parte de la zaga y el grueso del vestuario. El Menorca sabe a lo que juega y como lograrlo.

Balanza

Pero en el otro costado de la balanza se opone una problemática invertida e igualmente trascendente; la falta de gol. El Menorca es capaz de generar situaciones ofensivas, sea ya en estático o a la contra, pero tras el San Francisco (dos goles a favor) es el exponente menos realizador de la liga con sólo tres tantos convertidos (de los que un par de ellos se han traducido en sendos empates) y junto a sus dos perseguidores en la tabla conforma el trío de equipos que todavía no saben de victorias. La falta de acierto no puede prolongarse.

La venida del delantero canario Marcos, listo para estrenarse con la azulgrana, la progresiva adaptación al escenario competitivo -el Menorca, en cualquier caso y pese a repetir presencia de 'Honor', es un equipo totalmente renovado- y un más llano tramo de calendario inminente deben ser suficientes para revertir la coyuntura actual. Al Menorca casi no le marcan, pero tampoco gana. Todo un contraste.