Álvarez posa junto a una portería de Bintaufa, de nuevo, su hogar deportivo | Gemma Andreu

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El Sporting de Mahón apuesta por un viraje en su estructura deportiva. En su intención de restablecer un estatus similar al que ostentó durante las cuatro décadas de su anterior versión, el club mahonés fía su futuro en Antonio Álvarez Zamora (Maó, 1983), fino exjugador, de imponente figura y persuasivo discurso, con pasado en la entidad en su periodo de futbolista, que inició en el Villacarlos y concedió continuidad en diversos puntos de la geografía andaluza y madrileña tras su periodo sportinguista. Un escenario, asimismo, de decisivo influjo en su formación posterior. Licenciado en INEF y en poder del nivel 3 nacional, la norteamericana New Jersey ha sido otra y la más reciente experiencia que contempla la hoja de servicios del flamante director deportivo de la escuadra blanquiazul. Un inquieto del fútbol, con deseo de vertebrar un nuevo modelo de trabajo en Bintaufa a la vez que granjearse una sólida reputación en el tan apasionante y también complejo contexto balompédico.

Durante esta temporada aún le hemos visto de jugador, ¿cómo se precipita su llegada al cargo?
— Este año ya jugaba un poco para mantenerme en forma, para estar con los compañeros... no para ofrecer un nivel alto. Entonces surgió la posibilidad, yo siempre tengo la maleta hecha para irme fuera, a no ser que hubiera algún proyecto que me compensara, como así ha sido. El Sporting, debido al crecimiento que está teniendo, optó por crear la figura de director deportivo, yo tenía mis ideas y la directiva ha considerado que esas ideas podían funcionar. El ser una persona de la casa, que en el club conocen mi manera de ser y de trabajar, ha contribuido. Ha sido una combinación de circunstancias y estoy muy contento, se trata de una responsabilidad muy bonita.


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