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Manejar las emociones, el control de los partidos y estar acertado las áreas, son las consignas para Mercadal y Penya Ciutadella que afrontan una jornada, no decisiva, pero si importante para optar a sus respectivos y diferentes objetivos en la primera de las cinco finales que restan. Los rojiblancos tienen, sobre el papel, un compromiso de los llamados asequibles ante el Esporles, ese tipo de partidos que sin embargo se les ha torcido en más de una ocasión; para los gualdiazules, el duelo en terreno del Platges de Calvià, puede ser clave para el futuro.

El triunfo logrado en Inca ha reabierto las posibilidades del Mercadal de pelear por la cuarta plaza, opción que debe refrendar ante un Esporles que está acariciando la salvación. Con el discurso de las últimas jornadas, el cuadro de Sant Martí parece haber dado con la tecla para sacar los encuentros adelante y mañana quiere darle continuidad a su dinámica ganadora, cuatro triunfos en sus últimas cinco apariciones. Cara al rush final, el mensaje sigue siendo el mismo «sabemos que tenemos que ganar, pero también disfrutar de lo que hacemos, por ello se trabaja todo el año» apunta Lluís Vidal que también es consciente de las posibilidades del equipo «ahora, si suena la flauta, sonará. El vestuario está animado, ilusionado por acabar mejor la temporada y más cuando llegan estas cosas». Para lograrlo, la escuadra rojiblanca deberá superar a un Esporles que llega con los deberes casi hechos; los últimos 13 puntos logrados sobre 18 posibles han permitido al colectivo de Miki Arjona tener la permanencia virtualmente apalabrada. El Mercadal también jugará en otros escenarios, pendiente de los marcadores de otros candidatos al cuarto puesto pero lo primero es derrotar al Esporles. Un rival «al que le falta una victoria aunque lo tiene casi listo, muy rocoso, de envergadura y con un par de jugadores peligrosos» señala Vidal que reconoce que ante adversarios de perfil un poco más asequible fue cuando el Mercadal se dejó puntos por el camino. Para el encuentro y a falta de la sesión de anoche, el preparador contaba únicamente con la duda de Berto mientras en el Esporles es baja el centrocampista Gual por ciclo de cartulinas. Pese a todo, Pere Vadell quiere restarle trascendencia al choque «no es una final, sí muy importante. He querido aislar al grupo de estas cosas, la ansiedad, los nervios se notaron ante el Montuïri y nos pasaron factura».  Insiste en su mensaje «el equipo compite, intentaremos ser nosotros mismos y sabemos que ganar nos permitiría certificar la permanencia; el empate sería un paso importante y perder supondría meter al Platges en la pelea». El preparador de Es Mercadal se aferra a los dos partidos que le restarán al equipo  en casa, Campos y Sóller para lograr el objetivo. El Penya viajará con lo puesto, pues a las bajas de José Enrich y Xavi por sanción, se podrían unir las de Carlos, Juanfran, Llopis y Miquel, cuyo concurso es dudoso y no debía resolverse hasta haber concluido la última sesión de trabajo.

El Penya Ciutadella afronta el partido ante el Platges de Calvià en busca de una permanencia que no alcanza. Regresar con un resultado positivo supondría dar un paso casi definitivo ante un rival que, tras la dimisión de David Pons, es dirigido por un trío de entrenadores –Tomeu Fullana, Tomás Gibert y Grillé– de la casa y que enfoca la cita ante los gualdiazules como una de las últimas opciones para mantenerse. Un duelo que puede romper dinámicas negativas; los locales, que acumulan nueve jornadas sin ganar, no vencen en casa desde el 3 de octubre y los ciutadellencs no lo hacen a domicilio desde el 22 de noviembre después de imponerse precisamente al Montuïri, su último verdugo; una vuelta entera sin vencer lejos de Son Marçal.