Josep Pedrerol da un amplio y entretenido repaso a la actualidad desde Ciutadella | Josep Bagur Gomila

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Josep Pedrerol ha concedido su primera entrevista en la Isla. Y lo ha hecho para «Es Diari». El catalán nos recibió en el Hotel Géminis de Ciutadella y, como siempre que abre la boca, no dejó indiferencia. Enamorado de Menorca desde pequeño, Pedrerol se dio a conocer en el programa «El día después» y ya no ha parado. Tras su éxito con «Punto Pelota», ahora presenta «Jugones», «El Chiringuito» y «Champions Total». Y lo hace, dice el polémico presentador, con libertad absoluta y disfrutando más que nunca de su profesión.

¿Cómo usted de vacaciones por Menorca? ¿Es la primera vez?
— Encantado de estar aquí. Y no, ya he estado en diferentes ocasiones y también de joven, a los 14 años. Venir a Menorca era el premio de los estudios.

O sea que ya es un amplio conocedor de la roqueta...
— Me encanta, y diría que tiene momentos para todo. Para descansar o para ir de fiesta, por ejemplo. Además, en Menorca la gente es muy tranquila y te transmite esa sensación de relax que necesitamos a veces. Mucha paz.

Siempre se ha dicho que los famosos escogen la Isla, a parte de por su belleza y calma, porque los menorquines somos muy respetuosos con las caras conocidas.
— Sí y lo he vuelto a notar estos días en Ciutadella. Sois muy prudentes y efectivamente, para la gente que salimos en la TV y tal es una isla que nos resulta cómoda. Claro que te vienen para fotografiarse y te dicen que te ven cada noche. O me preguntan por qué acabo tan tarde y demás.

Estos días se ha dado a conocer su renovación por dos temporadas en Atresmedia. ¿Satisfecho?
— Sí, creo que lo hacemos bien. Más después de todos los contratiempos sufridos estos últimos años. Ahora vivimos tiempos de paz; paz relativa, como empresa. Tranquilidad y dejarnos trabajar. Ahora lo importante es que cada año inventamos, no somos previsibles. Cada año una historia o un tertuliano nuevo y una redacción mejorada. Nunca paramos.

Estos días de relax en Menorca, ¿añora el bullicio del plató del «Chiringuito» o no?
— La verdad es que no, en absoluto (risas). Ha sido un año muy intenso: «Chiringuito», Champions Total... Llegó el momento que necesitaba de paz, tranquilidad y renovar energías. Pensar en el programa pero con calma, viendo televisiones, hablando con la gente, descansado... Una manera de trabajar sin el ajetreo del día a día.

Por la polémica que ha generado usted siempre, ¿alguna vez ha tenido problemas por la calle con forofos de algún equipo?
— No y además, intento tener siempre memoria positiva (risas). Intento recordar siempre todo lo bueno que me sucede y la gente en general es muy cariñosa, una pasada, y es lo mejor que tenemos. Cada día entramos en las casas de la gente y muy agradable.

¿Cómo se logra a estas horas de la madrugada tener tan enganchado al público a diario?
— Porque en este país nos vamos a dormir demasiado tarde (bromea). No sé... diría que tenemos una fórmula que engancha. La gente dice, «me voy a dormir»; pero luego las promos permanentes que vamos sacando en la pantalla inferior enganchan. No te das cuenta que el tiempo pasa y esto es lo mejor del programa.

¿El 'Chiringuito' es algo más no que un programa de tertulianos que chillan y discuten?
— La gente se dice de todo pero sin insultar. Tengo muy claro que hay un punto de respeto y además con muchos conocimientos. Son periodistas, como el propio Guti, un jugador fantástico, por ejemplo. O comentaristas que han estado en un vestuario o han sido deportistas de elite, viven el día a día y dominan la información. Lo que hay es mucha pasión. ¿Gritos? Sí, pero en una tertulia de café también gritamos y no podemos evitarlo porque es fútbol. Y el fútbol, sin pasión, no es fútbol.

Su nombre está en boca de todos en el fútbol español. ¿Se considera el periodista de moda?
— (Risas) Sí, de moda sí. No me gustan mucho las modas pero bueno. Un periodista que hace lo que quiere ahora y que se divierte más que nunca. Que tiene un reconocimiento en la audiencia, con el mejor equipo. Disfruto más que nunca ahora de la profesión.

Lo de siempre, que lo importante es que se hable de uno, para bien o para mal.
— Así es. Estoy acostumbrado a las críticas y no me importan demasiado la verdad; en absoluto.

A esa gente que tilda su programa como de el «Sálvame» del deporte. ¿Qué le diría?
— Eso es gente que se ha quedado atrás, que hacen o les gusta el periodismo aburrido y se han quedado anclados. Hay un periodismo más interactivo, más de participación y emoción; de tocar la fibra sensible de la gente, que es lo que hacemos nosotros. Ni somos ni criticamos ningún «Sálvame» y sí somos un programa que llega a la gente, a diferencia de otro periodismo. Esa es para mí la gran diferencia, sin duda.

La pregunta del millón. El otro día dijo en el «Chiringuito» que es del Barça. ¿Lo es o no?
— Sí, soy del Barça (risas). Vivía en Sants, al lado de Les Corts. He ido infinidad de veces al Camp Nou y al Mini Estadi. Aunque el paso del tiempo hace que pierdas y haya más distancia. Me gusta el fútbol y sí, soy del Barça, de pequeño, aunque ya me da un poco igual.

Y entonces, ¿por qué mucha gente piensa que es merengue?
— No lo sé. Igual lo dicen porque soy el único que entrevisto a Cristiano. Está bien que se diga...

Tema actual, el seleccionador, ¿debió irse antes Del Bosque?
— Para mí le sobraron un par de años. Un seleccionador debe irse cuando toca. Aragonés le dejó el camino y ha trabajado muy bien pero en el Mundial marchamos antes que nadie. Y sin autocrítica. Se equivocó continuando.

¿Su seleccionador favorito?
— Me gusta Caparrós, tiene energía. Esta selección tiene que despertar, está dormida. Falta corazón y alguien que grite un poco.

Y este vacío no ayuda en nada...
— Quedan dos años sí para el Mundial pero es la RFEF, es Villar; ya sabemos cómo va. Mira la asamblea. Son demasiados años ya.

Como culé reconocido ya, ¿le gustan los tuits de Piqué?
— Piqué es un tipo divertido pero a veces se ha equivocado. No se puede humillar como hizo con Arbeloa. Hay un límite. El Piqué divertido me gusta; el que se mete con la gente no.

Por cierto, ¿qué opina sobre la campaña de apoyo a Messi?
— Desafortunada. Una campaña cuando gana el Balón de Oro o gana solo la liga; eso sí. Todos tenemos que pagar a Hacienda y el victimismo no me gusta. Es de perdedores y el Barça no lo es.

¿Realmente usted ve una campaña contra el Barça por el conflicto por la independencia?
— No, en absoluto. Pero el victimismo funciona; un error, pero sí. El Barça se ha acostumbrado ya a ganar, eso era antes. No puede ser.

Cristiano y Messi están cerca, en Eivissa. ¿Quedará con ellos?
— No. Ellos seguro que habrán quedado (risas). Además, se admiran mutuamente. Esta rivalidad no existe. Se respetan y somos afortunados de tenerlos a los dos.

¿Messi o Ronaldo? Elija.
— Messi, el fantástico jugador ya de peque que nace en la calle, a los 10-12 años. Cristiano se ha hecho y no para de mejorar. De Messi me gusta su naturalidad, improvisación e imaginación. Y Cristiano, ejemplo de superación.

Volviendo a usted. ¿Decir la verdad siempre tiene un precio, no?
— Sí, que te critiquen o contesten. Pero ni me afecta ni importa, más con las redes sociales ahora. Tengo 575.000 seguidores en Twitter, es normal. Estoy cansado de quedar bien con todos y digo mi verdad, porque me dejan. El periodismo del quedar bien, para mí, no.

¿Entiende toda la polémica que genera usted y el «Chiringuito»?
— No sé por qué la genero. Imagino que por mojarme y decir lo que pienso. Parece que esté prohibido y estoy harto de ser políticamente correcto. Me he hecho mayor y llegado el momento de soltar lo que pienso (risas).

¿Encaja bien las críticas o las constantes parodias suyas?
— Las parodias son fantásticas. «Crakòvia» mismo, muy bien. Lo hacen con cariño y se nota que ven el programa. Me superan a mí mismo.