Izan Canet, en acción defensiva, intenta frenar la progresión del jugador ibicenco. | DANIEL ESPINOSA

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Dos derrotas en dos partidos. Por la mínima. El estreno de liga del Mercadal contrasta con el de su rival de ayer, la Peña Deportiva ha arrancado con fuerza, con seis puntos de otros tantos posibles. Dos proyectos equidistantes también, por objetivos y prespuestos.

El equipo de Dani Mori se apuntó ayer el triunfo ante el Mercadal con más facilidad de la que indica el 2-1 del marcador. No en vano, falló un penalti, estrelló un balón en el palo, no pasó ningún apuro defensivo y encajó el tanto por un clamoroso error de Torres en la última acción del partido, tras la que el árbitro indicó el pitido final.

Esta Peña tiene una artillería descomunal arriba y raro será que se quede sin marcar en algún partido. No hizo falta mucho tiempo para que el cuadro peñista se adelantara en el marcador. A los once minutos de partido,Terán dio un pase largo,Ortiz pinchó la pelota a la perfección y batió de disparo raso al portero. La diferencia pudo haber crecido en el 22 en un gol de Terán que fue invalidado porque el árbitro consideró que cometió falta sobre Julio. Con todo, los de Santa Eulària tuvieron otra oportunidad para irse al descanso con una diferencia mayor, en un penalti en el minuto 43. Sin embargo, Piquero lanzó al centro y el portero Jesús atajó la pelota.

Tras el descanso, Elliot disparó sin peligro a la portería de Torres, que era un mero espectador. Poco después,Terán gozó de una ocasión buenísima para marcar, pero su disparo en posición franca se marchó desviado.

Dani Mori movió el banquillo y dio entrada a Luna por un desacertado Piquero. El resultado no pudo ser mejor. El joven jugador peñista correspondió al míster con un gol a los ocho minutos de saltar al campo. Fue llegar y besar el santo. Terán le mandó un pase en profundidad y, solo, frente al portero, mandó el balón raso al fondo de la red.

Poco antes de la segunda diana, José Carlos Moreno había perdonado el 2-0, con un zapatazo que se estrelló en el palo. Con el tiempo cumplido, Marcos Vaquero bombeó un balón al área en una falta lateral casi en el centro del campo y marcó de forma involuntaria. A Torres se le escapó el balón de las manos y éste se introdujo en su portería. El cancerbero pidió perdón con la mano en alto. Eso no impidió que los tres puntos se quedaran en casa, pero sí apretó un tanteador que por ocasiones y juego pudo haber sido más amplio.