Sergi Enrich pugna por el balón con el defensa Pepe | Efe

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REAL MADRID 1
EIBAR 1

El Eibar puntuó por primera vez en su historia en el Santiago Bernabéu, empujando al Real Madrid a una crisis de resultados con cuatro empates consecutivos, tres de ellos en LaLiga que provocan que ceda el liderato, sin el físico necesario para agarrarse a la épica y sin recursos para cambiar el 1-1.

Un gran Eibar, perfecto en lo táctico, con orden y descaro, salió con aire victorioso del Bernabéu ante un Real Madrid que ya no puede ocultar sus problemas. Añorando la figura de Modric y el equilibrio de Casemiro, se adentra en su primer momento crítico.

El arranque del Real Madrid se redujo al ímpetu de Bale en banda derecha. El Eibar plantaba cara con personalidad. Una buena disposición y sin ningún complejo para adelantar líneas. Se alió con la debilidad de la zaga rival para dar la sorpresa a los seis minutos.

El centro convertido en regalo de Pedro León encontró el desajuste de marcas y el salto en falso de Pepe antes de que Fran Rico conectase un testarazo que también cogió descolocado a Keylor Navas en su estreno liguero.

Una vez más le tocaba al Real Madrid jugar con premura, buscar el gol por encima de la belleza en el juego, ampararse al asedio para voltear el marcador. Atacaba únicamente por derecha hasta que Cristiano apareció por la izquierda, con mayor confianza física para encarar y explotar su cambio de ritmo. El centro lo cabeceó a la red Bale en el segundo palo para igualar de nuevo.

Llegaba el escenario en el que Zidane pedía eficacia para sentenciar los partidos. Pudo aprovechar la velocidad del duelo pero al Real Madrid le faltó confianza por la inestabilidad defensiva. Errores en marcas y en la salida de balón los aprovechaba Pedro León, omnipresente en un gran partido en la vuelta al Bernabéu, pero su derechazo potente lo sacó Keylor.

La posesión era blanca pero necesitaba una velocidad más para generar desequilibrio. La mejoría física de Cristiano no era acompañada por acierto rematador. Cerró el primer acto con un testarazo desviado a centro de Bale.

Y en la reanudación tuvo un puñado de ocasiones en remates y una falta al borde del área sin premio. El encuentro entraba en una velocidad endiablada que no le interesaba al Eibar. Castigaría la aparición de espacios y la falta de solidaridad defensiva, con Pedro León provocando los gritos de auxilio de Pepe a los de arriba.

El poste repelió a la hora de partido un cabezazo de Bale y el paso de minutos preparó un nuevo final agónico. Con menos fuerza física buscó sin éxito el gol el Real Madrid. La afición no creía lo que veía y el duelo murió sin capacidad de reacción y la cesión del liderato.