El Penya Ciutadella atraviesa por una fracción del campeonato que pone a prueba su integridad y capacidad como equipo | Josep Bagur Gomila

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El deporte competitivo no atiende ni entiende de inicios y sí de finales. El premio se otorga a la conclusión, en función de objetivos y esfuerzos. De los propios y de los ajenos. El calendario saca la media en una clasificación que raramente engaña. El trayecto, salvo honrosas y bien dotadas económicamente excepciones, dispone segmentos dispares, altibajos que cada equipo afronta según entereza anímica, serenidad institucional y aptitudes del grupo.

El Penya Ciutadella atraviesa por una fracción del campeonato que pone a prueba su integridad y capacidad como equipo. La plantilla de Tercera División residente en Son Marçal ha encadenado cuatro derrotas (Alcúdia, Rotlet-Molinar, Son Cladera y Mercadal) y los siete puntos que en la jornada seis era buenos no encajan en la media aritmética de la permanencia, cuatro partidos después.

«Las cuentas no salen. Cada cuarto de calendario deberíamos sumar 10-11 puntos para alcanzar los 40-42 que habitualmente sellan la salvación. Sobre la teoría hoy tenemos un déficit de puntos». Joan Capó «Capi», portavoz de la entidad que preside Xec Pons, reconoce la situación delicada, aunque en parte previsible, de la plantilla que dirige Pere Vadell.

«Somos conscientes que las cosas no acaban de funcionar. Pero a la vez estamos satisfechos con el trabajo de los jugadores y el cuerpo técnico. Los resultados no acompañan, pero en varios partidos hemos sido competitivos y pudimos puntuar», reflexiona el directivo.

La junta del Penya Ciutadella no se plantea hoy alterar el diseño del proyecto. La plantilla resta a la espera que se incorporen el meta David Camps y el jugador de campo Joan Sabater, en pleno proceso de recuperación de sus respectivas y graves lesiones. «Sabemos desde el principio que alcanzar nuestro objetivo no será fácil, que debemos aprovechar las rachas, sobre todo en casa», donde Capi reconoce que se ha fallado en las últimas visitas de Rotlet y Mercadal, «las dos derrotas no entraban en nuestras cuentas».

La plantilla no se toca, «aunque somos conscientes que a los más jóvenes no podemos exigirles que tiren del carro» y en cuanto al entrenador Pere Vadell se mantiene la confianza en su labor «a pies juntillas. Ahora hay que aplicar paciencia y confianza. No debemos ponernos nerviosos y trabajar en la misma línea para enderezar el rumbo». Desde el corazón del club ciutadellenc se está «convencidos que el equipo volverá a mostrar el nivel competitivo que nos permitió ganar al Constancia y al Binissalem».

La racha derrotista actual camina de la mano de la rémora que supone la ausencia de acierto ante el marco contrario. Dos goles en los últimos cuatro enfrentamientos que no han servido para puntuar.

De hecho, sin definirlo como 'Juanludependencia', Capi reconoce que sin los tantos del veterano delantero -no marca desde el «hat-trick» contra el Constancia el día 10 de septiembre- hay una carencia evidente, «ha de ser nuestro hombre-gol, aunque tipos como Eric, Febrer o Llonga también tienen llegada».