De izda. a dcha. Los jugadores del Real Madrid, Luka Modric (i), Karim Benzema (2i), Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Raphael Varane y Achraf Hakimi durante el entrenamiento realizado en la Ciudad Deportiva de Valdebebas. | Efe

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El Camp Nou vivirá el domingo el clásico menos clásico de los últimos tiempos, con un Barça que ya se ha asegurado el doblete (Liga y Copa del Rey) y un Real Madrid que fiará su temporada a la cita con la historia en la final de la Liga de Campeones, en busca de su tercera consecutiva, ante el Liverpool.

El último gran clásico de Andrés Iniesta, que ya ha anunciado su marcha del Barcelona, será el principal argumento. El manchego arrastra problemas musculares en el sóleo, pero ya participó en el entrenamiento del viernes y todo apunta que jugará de inicio.

Pero más allá de todo eso y de la estéril polémica sobre si el Real Madrid tiene que hacer o no el pasillo al flamante campeón, está el orgullo por derrotar al gran rival. La diferencia entre ambos equipos es muy amplia (86-71) y en el partido de la primera vuelta, el Barcelona pasó por encima del Real Madrid, al que derrotó por 0-3.

Aquel triunfo sentenció a su gran rival en Liga y sirvió para borrar el mal sabor de boca que le dejó a Ernesto Valverde su estreno oficial en el banquillo del Barça. Fue en la Supercopa de España, Neymar se acababa de ir, y los madridistas jugaron con una marcha más para firmar dos claras victorias, 1-3 en Barcelona y 2-0 cómodo en la rúbrica en el Santiago Bernabéu.

Pero desde entonces, todo ha cambiado. El Barça, de la mano de Valverde y con Leo Messi como ejecutor, ha ofrecido una magnífica imagen en LaLiga, donde no ha perdido ni un solo partido y ha batido el récord invicto que databa de hace unas décadas por parte de la Real Sociedad.

Si no fuera por el fiasco europeo en Roma, donde el Barça dejó escapar una cómoda ventaja acumulada en la ida (4-1) para perder en cuartos de final (3-0), la temporada de los azulgrana sería perfecta, porque también conquistó la Copa del Rey tras abrumar al Sevilla (5-0).

Si quiere buscar alicientes, el Barça los puede encontrar. Aumentar su racha de partidos ligueros sin perder y luchar por completar todo un campeonato o conseguir ganar por fin al Real Madrid de Zinedine Zidane en el Camp Nou.

Y es que los blancos con Zidane en el banquillo han ganado dos partidos (Liga 2015-16 e ida de la Supercopa de este año) y empataron un clásico, el liguero de la temporada pasada.

Además de Iniesta, Messi y Ter Stegen también reúnen protagonismo para mañana. El argentino, con 32 goles, tiene prácticamente asegurado el 'pichichi', y encabeza la clasificación de la 'Bota de Oro', mientras que el alemán tiene más complicado conseguir el 'zamora' como meta menos goleado del campeonato, porque Oblak (Atlético Madrid) tiene tres goles menos encajados.

Pocos alicientes presenta el duelo para el bando madridista más que romper el récord de una Liga sin derrotas del Barcelona o el impulso anímico que puede dar una nueva conquista del Camp Nou, tras ver premiado el esfuerzo unido al sufrimiento en Liga de Campeones para eliminar al Bayern Múnich de las semifinales y alcanzar la tercera gran final de Liga de Campeones consecutiva.

Aunque la mente de los jugadores del Real Madrid ya está en Kiev y la posibilidad de seguir haciendo historia en Europa con un equipo que ya es leyenda, tras ser el primero en retener la corona de campeón, un clásico siempre motiva para dar el máximo y no pensar en posibles lesiones. Poco más que el orgullo se juega en una Liga que tiró por falta de ambición a las primeras de cambio y que quiere terminar con decoro.

Aunque Zidane entiende que para llegar en el mejor tono físico al partido en el que dentro de 20 días se juegan toda la temporada a una carta en la gran final, los titulares deben jugar y lo harán en el Camp Nou, salvo aquellos que llegan lesionados y tocados. Descartado Dani Carvajal, más que duda Raphael Varane y con poquísimas opciones Isco Alarcón.

Ha recuperado para la causa a dos jugadores que estaban señalados por su irregularidad. Keylor Navas corrigió con grandeza sus errores puntuales en dos goles que pudieron ser claves, ante Juventus y Bayern, dando un recital de paradas salvadoras para meter a su equipo en la final; Karim Benzema firmó los dos tantos en su resurrección tras el curso menos goleador desde que viste de blanco.

Junto a ellos saltará al Camp Nou un equipo con retoques de urgencia por las circunstancias. Se espera el regreso de Nacho a un once tras 35 días de ausencia por la primera lesión de su carrera. Ya reapareció unos minutos ante el Bayern y el lateral derecho apunta como su ubicación para cubrir la ausencia de Carvajal. Si Varane no está en condiciones de forzar, su hueco lo ocupará Jesús Vallejo en un gran reto, intentar frenar a Luis Suárez con las ayudas del capitán Sergio Ramos, que siempre tiene más ojos para Leo Messi en un gran duelo futbolístico. Marcelo completaría la zaga.

En la medular, estará un Casemiro descansado tras su sorprendente suplencia en Champions, y puede recibir un respiro Luka Modric tras su desgaste en la persecución a Ribery. Permitiría a Zidane jugar con el 1-4-4-2 con el que encontró el equilibrio esta temporada y junto a Kroos meter dos jugadores por banda. Lucas Vázquez en la derecha y Gareth Bale o Marco Asensio en la izquierda. Quién sabe si la última gran cita de la BBC, con el galés en la rampa de salida del Real Madrid.

En punta siempre Cristiano Ronaldo y su particular reto de ser decisivo en los grandes partidos. Hasta once tantos ha marcado en el Camp Nou, donde recientemente siempre dejó su sello en conquistas, en sus pulsos personales con Leo Messi por demostrar al mundo quién es el mejor. A ocho tantos de distancia, en la pelea por acabar máximo artillero, su objetivo es reencontrarse con el gol tras ver cortada su racha de doce partidos consecutivos marcando en las semifinales ante el Bayern.