Biel Medina, esta pasada temporada, manteado por sus propios jugadores en Son Marçal, tras cerrar otra permanencia con los juveniles.

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La etapa de Biel Medina al frente del Penya Ciutadella de la Liga Nacional Juvenil ha llegado precipitada y hasta cierto punto inesperadamente a su fin, después que el curso 2019-20 el ex jugador profesional accediera al cargo, tras descender a la Liga de Menorca. Las últimas seis derrotas consecutivas azuladas en la competición balear– desde la última victoria sembrada el 21 de enero en casa frente el Andratx (4-1)– han precipitado la decisión de su salida en el seno de la junta directiva que preside Joan Capó ‘Capi’. En su puesto, y de carácter temporal e interino, asumen el mando el director técnico, Lluís Simonet, y el entrenador del Juvenil B, Javi Ogazón.

El club cesa al técnico ciutadellenc después que el equipo perdiera también el pasado fin de semana su encuentro en casa ante el tercero, el Platges de Calvià; eso sí, 0-1 y compitiendo de tú a tú hasta el final. Capó y compañía buscan la reacción para impulsarlo hacia la permanencia matemática. De hecho, a día de hoy– suponiendo que ningún equipo balear baja de División de Honor– el equipo estaría salvado con 23 puntos, cinco por encima del descenso que marca la Peña Deportiva (18).

Entrenador del ascenso a Liga Nacional el año 2019-20 y de dos elaboradas permanencias, Medina mostró ayer a «Es Diari» su malestar y sorpresa por su destitución. «Parece que me pasó un camión por encima. ¿Sorprendido? Ya sé que en el fútbol mandan los resultados pero de los últimos partidos perdimos cuatro por 1-0, compitiendo y dándolo todo. Como ante el Platges, cediendo injustamente y si hubiese visto que no funcionábamos me habría puesto a un lado», señalaba Medina, dolido. «El club jamás me dijo nada, nunca; ni un ultimátum ni nada. Y tras notar ya algo extraño hacia mí el lunes, cogen y me llaman para comunicarme el cambio. Por teléfono y creo que no son las formas, independientemente del fondo», lamentaba el ‘míster’.

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Medina, contrariado sobretodo con la manera de salir después de seis años en la entidad, reconocía ayer que esta semana, «ya entrenábamos pensando en el derbi decisivo en Ferreries, jamás pensé este final», abundó. «Se lo decía a mi ayudante (Hugo), que nos venían dos derbis y los ganaríamos y luego sonreiríamos; es el fútbol», le reflexionó a su segundo.

Incrédulo con lo acontecido y ya en casa tras despedirse de sus jugadores, quiso recordar que el Penya, «está fuera de descenso, faltan dos victorias y listo. Veía al vestuario a muerte conmigo en general y en la despedida, hubo lo que hubo. He sido jugador, sé lo que se cuece en un vestuario y de no haberme visto para salvarnos, cojo y me voy», manifestó Medina. Escéptico con la situación y sin ánimo alguno de dañar al club, sí lamentó el preparador, «irme con una llamada. Me toca digerirlo y, por los chicos, confiar en que se salven, que estoy convencido que lo harán. Me voy con la conciencia muy tranquila, lo he dado todo».

Palabra del presidente

Por su parte, el aún presidente de la entidad, Joan Capó, quiso dar la cara a este diario, horas después de comunicarle a Medina su adiós del equipo. En palabras de ‘Capi’, «el cambio de entrenador se debe única y exclusivamente a buscar un revulsivo para garantizar la permanencia del Penya, nada más. No hay nada ni discutimos el trabajo de Medina, simplemente creímos oportuno hacerlo», argumentó.

Capó, que fue quien comunicó vía telefónica a Medina su cese, señalaba ayer que «estas últimas semanas la dinámica en cuanto a resultados no era positiva y si bien el equipo y cuerpo técnico lo estaban dando todo en entrenamientos y competía en los partidos, opinamos que se necesitaba un cambio para revertir la situación y atar la permanencia», continuó el ‘presi’ azulado. «Simonet y Ogazón son los dos técnicos de la casa que más y mejor conocen al equipo y esperemos que nos salga bien la decisión y nos mantengamos en Liga Nacional Juvenil», cerró Capó, en sus últimas semanas ya como presidente peñista.