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Quedan todavía por escribir muchos capítulos de la historia entre el Real Madrid y Kylian Mbappé hasta que llegue a un desenlace definitivo. El club y el jugador han parecido siempre predestinados a encontrarse desde hace ya varios años pero, entre unas cosas y otras, al final esa unión nunca se ha producido y siempre ha sido Mbappé quien ha dado calabazas al club de La Castellana.

El primer 'no' llegó en 2017, cuando Mbappé ya apuntaba a prodigio del fútbol y comenzaba su andadura en el Mónaco. En aquel verano, el Madrid sopesaba la venta de Bale y centró su atención en la joven promesa gala, a la que llegó a tener atada por 214 millones de euros: el fichaje más 34 millones en impuestos, según se sabría después. Todo estaba hecho e incluso el club monegasco prefería que el jugador saliera de Francia para no tener que competir contra él en la competición doméstica.

Finalmente, Bale se quedaría en Chamartín y Mbappé en su país para fichar por el PSG. Comenzaba un camino de desavenencias muy largo por recorrer.

El segundo capítulo comienza a escribirse en 2021, un año antes de que el delantero acabara contrato con el club parisino. El Real Madrid volvió a intentar su fichaje y puso 160 millones de euros sobre la mesa, que poco después llegaron a ser 200. La oferta era real y la contestación del PSG ni existió. Por entonces, ya no había relación entre Florentino Pérez y Al Khelaifi. Bueno sí, malísima. Mbappé, como siempre ha hecho, hacía ojillos a ambos lados: se dejaba querer por uno y otro.

Y llega el verano de 2022. Mbappé termina contrato con el PSG y rechaza cada una de sus ofertas de renovación. En el Real Madrid casi dan por hecha su llegada y no hay día sin un nuevo detalle sobre su futuro más cercano: aquí jugará, esto cobrará, allí vivirá...

Pero unas semanas antes de la esperada decisión, el ambiente cambia y Kylian comienza a dudar y enviar mensajes contradictorios. Francia, en el más amplio sentido de la palabra, se vuelca para que su símbolo se quede en el país y el propio Macron se involucra en la empresa de convencerlo. La otra parte llega desde Qatar: un océano de dinero para él -83 millones de euros al año sin contar una prima de renovación por encima de los 100 millones- y para toda su familia.

Hasta el último instante persiste la duda pero el destino ya está sellado. Mbappé dice que sí, que se queda. Por tercera vez, el Madrid se queda compuesto y sin novia, cuando ya la acariciaba con los dedos.

Pero la historia está aún lejos de acabar y quizás es el propio Mbappé quien insiste en mantener el libro abierto y con un final por escribir. Apenas ha comenzado la temporada cuando se filtra que no está contento, que lo que le prometieron no se ha cumplido y que sopesa la idea de irse. Él, como tantas veces, sale tajante a desmentirlo y a vanagloriarse de que mantendrá su palabra y se quedará en el PSG... por ahora. Es la coletilla mágica que no ha dejado de repetir durante toda esta temporada. La utilizó también en su última comparecencia, este jueves 15 de junio, una vez conocido que no ejercerá su opción de renovación por el PSG en 2024.

Desde París, como también es obvio, se comienza a percibir con hastío y enfado cada movimiento del 'clan Mbappé' y toma cuerpo la idea de venderlo este mismo verano. La razón es evidente: si Kylian se marcha en 2024, todo el dineral viajará a sus bolsillos; si hace las maletas ahora, el millonario traspaso lo cobrará el club.

Mientras, en Madrid, optan por el 'Don Tancredo', o eso dicen de puertas del club para dentro. Aquí no se mueve nadie hasta que Mbappé hable por una vez claro y llame a la capital para mostrarles el número que figura en su etiqueta de venta. Entonces, Florentino Pérez se moverá y sacará de la caja fuerte todo el dinero guardado para el francés, reservado casi desde 2017, cuando le dio el primer 'no'. Ya ha llovido desde entonces.