La jugadora de Maó, celebrando un tanto en Las Palmas, este curso.

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Cuando todavía restan varias jornadas para que se dé carpetazo a la conferencia sur de la Segunda RFEF Femenina, el CD Guiniguada Apolinario– ascendido esta misma temporada a la categoría española–, tiene sus deberes virtualmente hechos y la permanencia será una realidad. El reto de la salvación por el que este equipo de las Islas Canarias zarpó este curso 2023-24 está en el bolsillo y una de las responsables de esta temporada más que notable es la medio centro defensiva de Maó, Clara Capó, pieza fundamental en los esquemas.

La jugadora de 32 años ha jugado una media de 70 minutos por encuentro, saliendo como titular, y en su primer año con un contrato profesional y una exigencia mayúscula, Capó ha rallado a un gran nivel, en su segundo año en el Guiniguada Apolinario. Una de las artífices del ascenso, tras su paso por el CF Unión Viera, Clara Capó, jugando en una categoría cuya media de edad es de unos 23 años, se muestra muy feliz, como señala en «Es Diari». «Para mí es un privilegio poder jugar aquí, con compañeras que han jugado en Primera y Primera RFEF. Estoy disfrutando mucho y también sufriendo, ya que cuanto antes se ate la salvación matemáticamente, mejor estaremos», señala la mahonesa. «El reto es dejar al Guiniguada en Segunda y luego ya veré qué hago. Es mi primer contrato profesional pero este nivel, con mi trabajo, es difícil de compaginar», cierra.