El peso estadístico que en las valoraciones previas puede perder trascendencia por tratarse de un duelo de rivalidad insular, no admite dudas en su conjunto. El Alaior sólo ha conseguido ganar en cinco de sus 23 visitas al Municipal en los últimos 20 años pero normalmente siempre ha resultado un enemigo incómodo para el combinado gualdiazul. El último triunfo alaiorense contra pronóstico llegó hace casi diez años, en la campaña 1999-2000 (0-1, con gol de Isma Vidal). Pero desde entonces, en las nueve temporadas siguientes el Alaior sólo ha sido capaz de marcar tres goles y sumar tres empates.
El de mañana es un encuentro de lo más interesante para las respectivas aficiones. El Sporting recuperará a Manel Sala y transita probablemente, por el mejor momento de la temporada con el lider a sólo dos puntos de diferencia. En toda la Liga los mahoneses sólo han sumado una derrota, precisamente en otro derbi, también en Maó, frente al Atlètic. Es decir que la pasada semana los mahoneses cumplieron toda una vuelta -19 partidos- sin perder y lo hicieron venciendo en Ciutadella a su único verdugo.
Pero el Alaior llegará a Maó con el peso moral que siempre tiene su camiseta cuando visita al rival menorquín. Además los de Vadell pueden encarar el choque con una ambición ilimitada y sin la urgencia de hace un par de semanas. Sus dos victorias ante el Binissalem y el Alcúdia le han permitido salir del prolongado bache que les llevó a estar once jornadas sin ganar. Mañana tendrán el aliciente añadido de acabar con esa larga imbatibilidad del cuadro sportinguista en su propio feudo.
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