El club realizó un nuevo esfuerzo esta semana y volvió a cambiar cromos en busca de respuestas: salieron Faison y Eley, entraron Burtt y Sundov, que debutarán en casa. Ellos, más las recientes llegadas de Weis y el mismo técnico Javier Imbroda, más los que permanecen desde el inicio de temporada, tienen la misión -al alcance de su mano- de que el Pavelló vuelva a ser un fortín en los cinco partidos que quedan en Maó, factor determinante y mínimo para la salvación.
Ante ellos, un Fuenlabrada que acude con la baja de Paraíso -lo sustituye Rafa Vidaurreta- y con su joya Brad Oleson -el fichaje más rentable del año: un tirador puro MVP de febrero, procedente del Rosalía de LEB Oro, que lo mete todo y que lo tiene hecho para el año que viene con el Madrid- con un esguince de su tobillo izquierdo que le hace ser duda hasta el último momento. De todas formas, a nadie se le escapa que, aunque sea con dolor, el técnico fuenlabreño Luis Guil acudirá raudo a él.
Además de Oleson, el equipo fuenlabreño está funcionando perfectamente. Ahora mismo está en zona de Play-off como octavo clasificado, con un balance de 11 victorias y 11 derrotas. El equipo cojea algo en el juego interior -atención hoy al "duelo de las torres": Sundov (2,21 m) y Weis (2,18 m), ante PJ Ramos (2,22 m)-, pero ofensivamente es muy efectivo, y los números cantan porque es el tercer equipo de la ACB con mejor ataque, con 84,05 puntos de media, solo superado por el Tau (89) y el Madrid (85,05).
Como elemento para el optimismo, la estadística histórica de los enfrentamientos entre ambos en Bintaufa arroja un saldo claramente local, tanto en la ACB como en la LEB Oro: en la competición principal, tres victorias de tres para los menorquines.
El colectivo isleño ha tenido otros siete días en los que Javier Imbroda ha insistido en el componente psicológico. "La situación complicada de la temporada exige soluciones complicadas. Esto nos ha llevado a vivir una semana un poco extraña debido a la salida de dos jugadores y la llegada de otros dos casi sin acoplamiento", pero "esto es así y hay que afrontar el partido ante el Fuenlabrada como lo que es: la primera de una serie de finales".
Una final en la que el Pavelló responderá con nuevos bríos, más si cabe: dos pancartas recordarán que esta isla es y quiere ser de ACB. Porque todos tienen que darlo todo. Así, entre otras cosas, la plantilla se evitaría una posible multa si no hay reacción. Hay que ganar como sea.
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