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Miguel Juan Urbano
Podemos soñar con una victoria en Barcelona", ése fue el mensaje preñado de ilusión que desparramó Imbroda ante quien quiso escucharle tras agarrar su primera alegría en el banquillo menorquinista frente al Fuenlabrada siete días atrás. Y muchos le creyeron. El Barça podía caer en un exceso de relajación tras exhibirse el jueves en Tel Aviv y despreciar un partido que, seguro, no le vale la Liga pensando en su inmediato cruce con el Tau en la Euroliga. Si de 30 partidos ante el Barça ganas uno estadísticamente hablando, ¿por qué no podía ser éste?

La realidad sin embargo, alejó brutalmente a Menorca de la gloria que le hubiese reportado un triunfo en el coliseo azulgrana. No fue un sueño, fue una pesadilla a pesar del entusiasmo emotivo que vertieron los cientos de menorquines presentes ayer en el Palau.
Una hora y media antes del partido los isleños ya merodeaban por las magníficas instalaciones del club que preside Joan Laporta. Ataviados con camisetas naranjas, algunos con instrumentos sonoros, banderas de la Isla, pelucas y maquillaje extendido en rostros que desbordaban ilusión comenzaron a hacerse notar ante la indiferencia de los seguidores locales y visitantes eventuales del complejo que forman el Nou Camp la pista de Gel, el Palau y la Botiga del Barça, junto a un 'Pans and Company' que rompe la estética culé lamentablemente. "Patirem", aventuraba Josep Garriga, comentarista de la Ser. "Jo crec que sí, que podem guanyar" afirmaba una de las clásicas animadoras del ViveMenorca, popular por el blanco y azul que impregna su rostro como el de su simpática compañera alaiorense.

Por causas varias que deberían evitarse en un futuro, los quinientos menorquines que accedieron al Palau estuvieron desperdigados en varias zonas de la grada más alta del pabellón. Esa dispersión no fue óbice para que saludaran a los jugadores con el tradicional 'Senyor damunt un ruc' o el 'Jo sóc menorquí, menorquí, menorquí'. Ese jolgorio que se multiplica a medida que el grupo crece y entran las primeras canastas fue languideciendo nada más iniciarse el tercer cuarto. Los jugadores menorquinistas se fueron del encuentro pero los aficionados se quedaron y al menos pudieron disfrutar con varias acciones espectaculares entre Vázquez y Navarro. El único problema es que el Menorca asistía como convidado de piedra a esa exhibición.

Al final, ya en el exterior del recinto, un grupo de animados menorquines, con la voz quebrada por el esfuerzo todavía tenían arrestos para animar a los jugadores que salían cabizbajos del Palau mientras Weis e Ivanov, con cara de circunstancias, aguardaban su turno en la sala antidoping.

"Que no bajamos, que no bajamos" coreaban los seguidores inasequibles al desaliento, aunque eso sí, algunos coincidían con muy buen criterio en que para evitar malos tragos como los que habían vivido por momentos era mejor no dormirse a la espera de un sueño imposible que acaba convirtiéndose en pesadilla.

Sintes: "Si tenemos que prever perder aquí por 25 es que somos unos perdedores"
No gana para disgustos el presidente del ViveMenorca, José Luis Sintes, cuyo rostro ayer no estaba tan desencajado como en citas pretéritas. El nombre del rival amortigua el disgusto aunque Sintes, con buen criterio, no dudó en tirar las orejas de los jugadores que no dieron la talla.

"Me queda una mala sensación del partido, máxime con la buena imagen que habíamos dado en la primera parte y luchando ante un Barça que parecía que se jugaba la final de Europa", dijo el presidente. Pero de nuevo el fatídico tercer cuarto, "me estoy planteando borrarlo y pasar del segundo al cuarto e inventar el quinto porque es patético, no entiendo cómo podemos salir así al campo, pero es lo que hay. Vázquez no has matado".

Lo positivo fue "la primera parte, la idea de que el equipo puede defender y que por fin tenemos uno que anota triples pero ¿y el resto dónde estaban?, no lo entiendo, siempre tenemos una excusa en este equipo".

Sintes dejó claro que "si tenemos que prever ya que en el Palau nos van a meter 25 es que somos unos perdedores, sinceramente. Si queremos venir aquí a ganar, tenemos que venir todos a máximo nivel y hoy sólo uno o dos lo han dado, el resto no ha estado y esto no lo queremos. El tramo de Liga es muy difícil y la mentalidad tiene que ser ganadora siempre, ante un Barça o Madrid, también. Podemos perder, sí, pero quiero mentalidad todo el partido, no sólo la primera parte. Ya no hay excusas, tenemos gente grande y tiradores y los demás no han sumado".

No dudó de la profesionalidad de los jugadores, "no, eso no, porque si no se lo diría directamente a ellos, pero hemos de ser valientes y hoy no lo hemos sido. Hemos venido aquí muy ilusionados, sí, pero eso no basta, se ha de demostrar en el campo. No puede ser que nos cojan 11 rebotes más en la primera parte cuanto tenemos un 2'21 y un 2'18 en la pista. A reflexionar y a seguir trabajando. El partido importante es el de Estudiantes el próximo domingo, y tenemos capacidad para ganarle si aportamos todos".