Justo. El alero, penetrando a canasta ante la presencia de Merino y Joseph - Gemma

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El sufrimiento es a una victoria, lo que la pimienta a un solomillo. Un aderezo que inconscientemente o no hace que sepa mejor. Y así ganó ayer el Alaior Menorcarentals.com (75-71), con sufrimiento y con casta y más después de regalar el segundo parcial (7-26) y reponerse tras el descanso.

Dos triples de cuatro intentos en apenas dos minutos de partido mostraba sobre la mesa cuáles iban a ser las cartas que iba a jugar el Alaior Menorcarentals.com. Los locales, sin un trabajo espectacular, fueron abriendo el marcador en el primer acto hasta el 13-6 a 4'58, que obligó al técnico visitante a solicitar tiempo muerto.

Este corte de 'rollo' lo contestaron los locales alargando el parcial a un ilusionante 15-1 que abría hueco en el marcador (23-7). Los gallegos reaccionaron de la mano de un buen Joseph, pero la seriedad alaiorense del primer cuarto cortó cualquier reacción (28-14).

Pésima salida del Alaior al segundo periodo que vio, impasivo, como Rosalía cimentaba un 0-7 que les metía de nuevo en el partido, mientras los locales soltaban pedradas desde la lejanía. Víctor Pérez llamó a capitulación a los suyos pero el polideportivo seguía sin noticias del juego interior alaiorense, ni en ataque ni mucho menos en defensa, cuando a 4'53 para el descanso un 2+1 de Pantin aupó a los gallegos por delante en el marcador 30-31.

El visitante Víctor Rodríguez, con dos triples, amilanó a la grada del polideportivo que vio hasta el descanso como su equipo se mostraba sin argumentos ante la inspiración visitante (35-40) al descanso. El parcial de 7-26 global hizo presagiar lo peor.

El club de patinaje de Alaior amenizó el paso por vestuarios con una representación que cogió por sorpresa a los jugadores en su regreso tras la arenga de los respectivos técnicos.El sonrojo del segundo cuarto causó meya en el orgullo local que salió a relucir en el tercero para empatar el encuentro y posteriormente ponerse por delante 50-47 con un triple de Canals sobre la bocina. El respeto mútuo de los dos equipos se impuso en este tramo e hizo que apenas el marcador se moviera. Una reacción visitante dejó el 52-51 a falta por disputarse los últimos diez minutos.

Los dos equipos siguieron tuteándose en el tramo final, con Dani López dando la cara para los locales bajo el aro, y la igualdad impedía hacer ningún pronóstico salvo que el partido se decantaría para el que cometiera menos errores.

Esta situación llevó a los dos equipo varias veces a la línea de personal. Un intercambio de canastas puso el 72-69. Y a 14 segundos, Guille Justo salpimentó la victoria desde la personal 75-71.