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Cuando prácticamente estaban calentando, como dijo Yeray Rodríguez una vez finalizado el encuentro, el Mercadal ya había encajado tres goles y echado por tierra cualquier esperanza de conseguir algo positivo del Estadi Balear (4-1).

Y es que los rojiblancos llegaron al campo a la hora señalada para el comienzo del partido. Calentaron cinco minutos y comenzaron el encuentro sin prácticamente saber cual era su situación en el terreno de juego.

Enfrente tuvieron a un Edu, goleador esta semana con la selección UEFA y en una tremenda racha de aciertos de cara a la portería contraria, junto con un Atco. Balears que salió dispuesto a no dar opciones a su rival, que cogió las riendas del encuentro desde el primer minuto, con un centro del campo en el que tanto Ernesto como Arnau, junto con Lawal controlaban totalmente. Este compendio de aciertos hizo que a la media hora el Mercadal ya hubiese encajado tres goles. Tres goles del pichichi Edu que tuvieron prácticamente el mismo dibujo. Pases en profundidad desde el centro del campo y Edu que le puede a su marcador presentándose sólo ante el portero Cris. Y es que a pesar de que los hombres de Yeray Rodríguez, quisieron crear una telaraña en su medio campo, con tan sólo Lacueva en las proximidades de la defensa local, no consiguieron tapar los caminos por donde los balones una y otra vez le llegaban al goleador blanquiazul.

Toda la primera parte tuvo un claro color palmesano y para encontrar alguna jugada de cierto peligro de cara a restar diferencia en el marcador para los menorquines hay que situarnos en el segundo tiempo cuando pareció que los de Mercadal se cerraron mejor en defensa, aguantaron más los empujes del equipo local y pudieron salir con cierta velocidad hacia la portería de Linares.

Así a los ocho minutos de la reanudación un disparo de Mendioroz hizo que el portero blanquiazul mandará el balón a corner. Lacueva lo intentó en el cincuenta y nueve con un balón que salió rozando el travesaño. El gol llegaba con otra intentona del mismo Lacueva que le pudo a dos defensores locales y tres minutos más tarde otra oportunidad en un barullo ante la meta de Linares, que sin portero, Igor mandó el balón a la grada. Ocasiones que de acertar, sin duda hubieran significado un resultado algo más ajustado del que se dio ayer en el Estadi Balear entre palmesanos y mercadelenses.