Un 2-0 a favor en una eliminatoria de play-off concede tranquilidad y confianza para visitar cualquier cancha hostil porque dispone de un margen de hasta tres oportunidades para cerrar la clasificación. Este es el mejor asidero al que se agarra el ViveMenorca, con su presidente Benito Reynés, al frente de la expedición, para pelear el tercer asalto esta noche frente al Breogán en el Pazo dos Deportes.A favor del cuadro de Paco Olmos hay factores evidentes: tiene mejor plantilla, acaricia las semifinales con la yema de los dedos y es consciente de la cargada atmósfera en la que va a tener que jugar esta noche. Lo saben sus jugadores y lo sabe su técnico que ayer apeló de nuevo a la máxima concentración para eludir cualquier otro aspecto que no responda al juego propiamente dicho. Especial atención deberá tener Olmos en su base argentino, Diego Ciorciari, blanco de las iras de algunos jugadores breoganistas y de un sector de la afición local.
El de Rosario, de sangre caliente, tiene que mantener la cabeza fría y huir de los desencuentros que le van a proponer rivales y afición durante el choque. Otro, cuyas reacciones en ocasiones son demasiado viscerales, es el pívot Rahshon Turner. El americano está protagonizando un fantástico play-off y puede ser hoy otra vez determinante para su equipo.
El Breogán de Lugo espera llenar el Pazo esta noche. El club regala cuatro invitaciones a cada socio, que tiene entrada gratuita. A pesar de haber rebajado el tono de su reivindicativo discurso tras el final del partido en Maó, quizás una vez revisado el video donde se advierte que la falta fue clara y estuvo dentro del tiempo, el técnico Rubén Domínguez sostiene que su equipo ha jugado al mismo nivel que el Menorca y proclama que volverá a la Isla el próximo domingo. Antes, para ello, deberá ganar esta noche y pasado mañana viernes en los dos partidos del Pazo. Eso sí, los gallegos siguen convencidos de que los dos arbitrajes de los partidos jugados en Maò les perjudicaron.
El ViveMenorca de Paco Olmos trabajó ayer con esmero en un intenso entreno matinal para preparar el partido de hoy. El valenciano acababa las arengas a sus jugadores indicándoles "el jueves, fiesta". Esa frase expresa el plausible convencimiento en que la victoria esta noche es muy posible. Sujetar a Adrien y Coleman, evitar las apariciones estelares de Corbacho para romper desde fuera, y tratar de imponer un ritmo más alto al juego, serán claves de un partido que se presume caliente. Pero no deja de ser un partido de baloncesto que sólo es terminal para el Lugo. Que nadie lo olvide.
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