Último día. Bravo, Sánchez y sus amigos en el exterior del magnífico estadio Green Point de Ciudad del Cabo antes de vivir el gran partido de España ante Portugal que se saldó con el triunfo español - J.B.

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España ha ganado otra vez. Pasamos a cuartos. Jugaremos contra Paraguay, aparentemente un rival fácil.

Mejoramos mucho ante Portugal con respecto al partido de Chile, y a pesar de que el portero portugués parecía que tampoco iba a encajar ningún gol, Villa en su empeño durante todo el encuentro, por fin consiguió batirle.

El partido de anteayer como el ambiente fue indescriptible. El estadio de Ciudad del Cabo presentaba un aspecto impresionante. Después del partido, como siempre la cara del derrotado es lo peor. La salida de los portugueses fue triste como hubiera sido la nuestra en caso de derrota.

Dejamos al equipo en cuartos de final, mejor que hace cuatro años en Alemania, donde los franceses nos ganaron tres a uno. Éste era otro partido trampa como aquel de Hannover hace cuatro años, por el rival al que nos enfrentábamos, ambas segundas de grupo jugaban contra nosotros que éramos primeros, pero esta vez la cosa salió mejor.

Nosotros volvemos ya a Menorca, y ojalá que sigamos ganando sólo esos tres partidos que nos hacen falta para ser campeones del mundo. Poder decir que estuvimos allí y estar en Potch, muy cerca de los jugadores de la selección sería motivo de orgullo para nosotros.

Llegamos a Ciudad del Cabo procedentes de Johannesburgo el domingo. 1.500 kilómetros de desplazamiento en avión nos pusieron en el sur de Sudáfrica.

Nuestra idea de meternos en el mar con el tiburón blanco quedó pospuesta para quién sabe cuándo. Nuestros 200 kilómetros hacia el este de Cape Town, sirvieron sólo para ver unos parajes que nada tienen que ver con lo visto en estas dos semanas de estancia aquí. El vendaval en la zona sirvió para adelantarnos en hacer cosa previstas para un día más tarde.

De vuelta hacia Cape Town esta vez por la costa pudimos parar en dos zonas donde hay colonias de pingüinos. Como siempre es un espectáculo poder ver estos animales. Después estuvimos en el Cabo de Buena Esperanza, donde podemos asegurar que las vistas y la sensación de estar allí, es otra vez espectacular. Este lugar con una historia tan interesante tendría mucho que contar.

Un tren nos llevó al faro donde te puedes imaginar como giraban los barcos europeos, hasta alcanzar el Océano Índico. La altitud del faro ayuda a imaginar este acontecimiento. De nuevo fantástico el día que pasamos. Ademas, mencionar que pudimos ver avestruces y babuinos con una tranquilidad pasmosa. Están muy acostumbrados a los cientos de coches que pasan por la carretera, donde ellos son los auténticos protagonistas, parando el tráfico cuando ellos quieren.

El lunes estuvimos en el Waterfront de Ciudad del cabo. El ambiente de tiendas mezclado con el alma africana a cada paso que das vuelve a revelarnos que poco tiene que ver vincular, al menos en muchos sitios de Sudáfrica, la pobreza que podíamos imaginar antes de salir de Menorca. Hemos visto ciudades y países donde la pobreza y la falta de recursos es mucho mayor que aquí, aunque aparentemente por nombre pudiera no parecerlo.

Por la tarde, en barco, hemos visitado Robben Island. Una isla de 5,5 Kms de ancho por 2,7 de largo. No sería nada significativa, si no fuera porque aquí fue donde Nelson Mandela pasó 18 de los 27 años que estuvo en prisión.

Impresionante oir al guía que nos acompañó durante dos horas. Él estuvo en esas celdas donde ahora nos explicaba lo que pasaron en primera persona. Siete años de su vida. Realmente ha tenido atentos al grupo de 60 personas durante toda la visita. La celda N 7 del preso Nelson Mandela es la parada obligada y más deseada de ver de toda la visita. Luego una vuelta en bus por toda la isla viendo cementerio, iglesias, canteras donde picaban los presos, completan una visita muy, muy interesante.

Podemos decir después de 18 días que todo nos ha encantado, aunque tendríamos que destacar a nuestro entender la experiencia del parque en Suazilandia con sus animales. Ver los pingüinos siempre es de las mejores cosas, la vista de la cárcel en Robben Island, la visita al faro del Cabo de Buena Esperanza y, cómo no, la victoria de anteayer frente a Portugal que esperemos no sea la mejor noticia en cuanto a fútbol.

Y destacar la sorpresa que nos ha causado la nación Sudafricana para bien. Veníamos un poco asustados de tanto tema en cuanto a la falta de seguridad. Comparar el primer día y el último en cuanto a nuestra manera de actuar, explicaría mejor lo que queremos decir.

Pues gracias Sudáfrica y gracias también a los que nos han ayudado para que podamos estar aquí.