Familia. La relación entre Quintana, Olives y Fuentes con los chicos va más allá de mentor y aprendiz - Gemma Andreu

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La ilusión es capaz de romper barreras en las que el dinero, por ejemplo, se queda corto. Y si no que se lo pregunten a Juan Carlos Fuentes y a Bep Olives que el pasado septiembre arrancaron un proyecto encantador, a base de empeño y ánimo de superación que, casi un año después, se ha convertido en toda una realidad: la Escuela de Piragüismo del Club Náutico Villacarlos. "Sabíamos que no sería fácil y creo que, sacando tiempo de donde prácticamente no había, hemos crecido mucho", afirma Fuentes, orgulloso.

En diez meses la escuela ha pasado de tener cuatro palistas a contar con 18, entre ellos tres chicas, entrenados y supervisados por Josep Quintana. Estos valientes, a los que les da lo mismo entrenar en las cálidas aguas en verano como en las gélidas del invierno, tiñen de rojo a lo largo de la semana el pantalán de Calasfonts. Su edad oscila entre los 8 y los 15 años, aunque la ilusión que le ponen en cada palada parece más propia de un veterano.

Los entrenamientos empiezan con algunos ejercicios de estiramientos previos para calentar los músculos que van a realizar el trabajo que son, sobre todo, hombros, tríceps y deltoides. Luego los discípulos sacan a pulso sus propias piraguas cuyo peso es de 12 kilogramos aproximadamente. "Es una forma de que empiecen a valerse por sí mismos porque luego en el agua estarán solos, aunque el monitor no los deje de vigilar", valora Olives.

La mayoría de piraguas con las que cuentan, 24 más otras seis destinadas al curso de verano, son regalos de otros clubes de Baleares que han querido facilitar el nacimiento a los de Es Castell. A pesar de que muchas llegaban en mal estado, Fuentes y Olives le han dedicado el tiempo y el mimo necesario para que a día de hoy los niños puedan utilizarlas. Además, esta valiente dupla se topó con el interés del CN Villacarlos, con su presidente Jesús Pons a la cabeza, de que hubiera una sección de piragua y el club le facilitó una cochera en Calasfonts donde poder guardar el material, así como la instalación de un pantalán que facilita las actividades.

A pesar de que la evolución que ha sufrido la Escuela desde su aparición pueda parecer muy grande, Olives y Fuentes reconocen que "de momento no podemos crecer más porque nos falta espacio y porque para tener más chicos y chicas necesitaríamos contratar a otro monitor por cuestión de seguridad". Los objetivos no terminan aquí. De cara a la próxima temporada, los dos impulsores quieren abrir el deporte del piragüismo a personas con algún tipo de discapacidad, un proyecto ambicioso pero para el que precisan bastante ayuda.

La competición, presente
La semana que viene los discípulos de Es Castell participarán en el Campeonato de Balears de verano, que se disputará en Alcúdia. Para la mayoría supone el fin de temporada, aunque para los mayores servirá de preparación para el Nacional que se celebrará en septiembre en la localidad catalana de Castelldefels. Los entrenamientos van encaminados a este objetivo. Por eso trabajan en sesiones de un minuto de paladas a la máxima intensidad, descansando 15 segundos y repitiendo estas series en cuatro ocasiones.

Josep Quintana diseña para los chicos a lo largo del año un plan específico que no sólo incluye actividades dentro del agua sino que también trabaja aspectos más físicos. Por ejemplo ejercicios para fortificar tríceps y otros músculos del tren superior. Además otros 'deberes' que manda el entrenador son correr, hacer abdominales y flexiones. Es muy importante estar bien físicamente dentro de este deporte, "aunque en invierno priman más los estudios y lo más importante para mí es su educación", reconoce el técnico.