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Procede de una familia de baloncestistas (su padre Lluís, su hermano Kike y sus hermanas Nuri y Fani), aunque sus primeros pasos en el mundo del deporte los dio con una pelota de fútbol. A los trece años cambió de balón y entró en Calós. Formado en el CB Boscos, también ha jugado en el CB Jovent y el CB Ciutadella y tras veintitrés años en activo Damià Soriano (Ciutadella, 1974) ha decidido poner punto y final a su carrera. Atrás quedan innumerables anécdotas, entrenadores y compañeros además de varios éxitos deportivos, entre ellos varios ascensos a Liga EBA, uno de los cuales estuvo a punto de llevarle al Menorca Bàsquet.

¿Por qué ha decidido retirarse?

Porque tengo tres hijos y 36 años que, quieras o no, en la pista se notan. Siempre dices que será el último año y no lo tenía muy claro. Este año empecé a jugar por Oriol (Pagès), porque hemos sido compañeros y me sabía mal. Otro de los motivos, no quiero mentir, es porque este año no cobraba y se hace duro ir a entrenar tres días por semana y luego ir a jugar a Mallorca o a Eivissa y tener que coger dos aviones.

¿Le ha costado mucho tomar la decisión?

Sí, y más que por mí me ha costado por Oriol y la directiva. No tengo nada que decir de la directiva, se han portado siempre muy bien conmigo, pero hay muchas situaciones y pensé que ya había hecho suficiente. He hecho bastante y no creo que me puedan recriminar nada.

¿Se marcha con buen sabor de boca?

Me hacía ganas retirarme jugando una vez más contra los equipos de Mallorca y Eivissa y despedirme de la gente que me conoce, pero no me quejo, he jugado en EBA el último año, creo que lo hice bien para la edad que tengo y estoy suficientemente satisfecho de lo que he hecho. El club ha sacado rendimiento de mí y yo del club, no me puedo quejar.

¿Cree que podría haber jugado una temporada más?

En Primera Balear supongo que podría haber aguantado, a lo mejor de base no, tendría que haber jugado de alero o de pívot porque de base ya notaba que me costaba, sobre todo ante los chicos jóvenes (risas).

¿Qué valoración hace de estos veintitrés años en activo?

El deporte te da muchas cosas positivas y conoces a mucha gente. Creo que he sido un jugador deportivo y que los contrarios no pueden tener ninguna mala palabra de mí. Me gustaría que mis hijos hicieran deporte hasta tan alta edad porque es algo muy positivo. De hecho se lo digo y por ahora los tengo encaminados a los tres. Uno de ellos juega a fútbol (risas), pero creo que cambiará porque ahora le gusta más el baloncesto.

¿Cuál es su mejor recuerdo?

El ascenso a EBA con el Jovent fue muy bonito, teníamos un equipo prácticamente de menorquines con Xavi Conde, Joan Camps, mi hermano Kike, Xavi Gomila... Pero el mejor recuerdo es el día que me casé, que al día siguiente me fui a jugar y encima me salió una partido redondo. Creo que anoté 29 puntos y no sé cuántos rebotes... todavía llevaba el alcohol dentro de las venas (risas)... es el recuerdo más bonito que tengo, que mi mujer me dijera que me marchara tranquilo. Mi padre me vino a buscar por la mañana y me llevó al aeropuerto. Después Manel (Bonmatí) me lo agradeció, me llamó dos veces. Otro recuerdo es de un partido que fuimos a Alcúdia, llamé a Manel y le dije que no podía ir porque estaba con cuarenta de fiebre. Me dijo que tenía que ir, me dio no sé cuántas pastillas, ganamos el partido, apenas lo recuerdo, subía el balón y lo pasaba pero ganamos y también me lo agradeció mucho.

¿Y el peor?

Me supo muy mal que mi hermano dejara el CB Jovent y el CB Ciutadella porque me gustaba jugar con él, les gustaba a mis padres vernos jugar juntos. Recuerdo haber perdido una final con el Boscos juvenil para ser campeones de Balears y perdimos en la prórroga. Como es normal los tres descensos a EBA me hacen daño, pero tengo más recuerdos positivos que negativos.

¿Qué entrenador le ha marcado más durante su carrera?

El entrenador que más he tenido ha sido Toni Ametller, lo tuve en cadete, juvenil, en senior con el CB Jovent y en senior con el CB Ciutadella; y supongo que Manel Bonmatí, que también lo he tenido tres años en Ciutadella y cuatro en Alaior. Siempre digo que de todos los entrenadores, aunque los tengas un año, sacas cosas positivas pero si tengo que destacar uno es Toni Ametller porque es el que me ha entrenado más veces y el que más me conoce.

¿Qué época considera que fue la mejor?

El ascenso con el CB Ciutadella fue sonado, pero los seis años de Alaior fueron muy buenos. Al final no nos entendimos porque me habría gustado retirarme en Alaior. No pudo ser y no me quejo de venir a Ciutadella porque he pasado unos años muy buenos, ha sido cuando más he jugado, y a lo mejor no habría jugado hasta los 36 años, me lo he pasado muy bien.

¿Qué cree que le ha faltado para llegar a lo más alto?

Tuve la oportunidad de ir al Menorca Bàsquet con 24 o 25 años, pero me acababa de casar, mi mujer estaba embarazada y tenía trabajo estable. Me ofrecían un millón de pesetas y en aquel tiempo no te solucionaba nada. Me planteé dejar el trabajo, jugar a baloncesto y trabajar en verano, pero al final no lo hice. Creo que habría podido jugar en el Menorca, que jugaba en LEB, era un equipo que no tenía mucho presupuesto y no había ninguna estrella... También creo que hace falta un poco de suerte y no sé si la tuve. Es lo único que me falta saber, si hubiera valido para la ACB o la LEB, pero nunca lo sabré.

¿Cambiaría algo de estos veintitrés años?

Siempre me han dicho que he sido un mal defensor, habría podido ser mejor, pero cada uno es como es, tiene las cualidades que tiene, y creo que he aprovechado lo que tenía, lo que me han enseñado, lo que me han dado, sobre todo mi padre, que me ha dado muchos consejos.

¿Recuerda alguna anécdota de forma especial?

Hay alguna salida cuando te vas de viaje, pero prefiero guardarlas con los compañeros (risas).

¿Ha evolucionado mucho el baloncesto desde que se inició hasta hoy?

Sí, los jugadores ahora son mucho más técnicos. Las defensas han cambiado mucho. Cada año evoluciona y llegan cosas nuevas. Ha cambiado mucho.

¿Seguirá ligado a este deporte?

El año pasado empecé a entrenar niños y me gustó mucho, pero ahora he empezado a jugar a pádel y me ha enganchado bastante, voy a entrenar y juego partidos, por lo que parado no estaré. No descarto hacer de entrenador el año que viene o de aquí a dos años por mi hijo, al que le gusta mucho, e inculcárselo, para ayudarle y porque me gusta. Quizá me enganche ser entrenador o me desentienda del todo.

¿Se acuerda de alguien en especial en estos momentos?

Quiero agradecer a los tres clubes lo bien que me han tratado, a los presidentes, las directivas y los jugadores que me han tenido que aguantar todos estos años y sobre todo agradecer a los mejores seguidores, que han sido mi padre y mi madre, que han venido a cada partido y no han fallado... parecía que era un niño de diez años, me venían a ver, no fallaban, incluso me venían a ver fuera de la Isla; y a mi mujer, que me ha dejado marcharme cada día para ir a los partidos, que no creo que haya muchas mujeres que dejen hacerlo con tres hijos.